Kristel Köbrich (34 años) está entrenando en seco en Córdoba. No le queda otra, pues en Argentina la cuarentena también es total, solo se puede salir de las casas a buscar comida o actividades muy acotadas. Ir a la piscina a entrenar con miras a unos Juegos Olímpicos pospuestos no es una de ellas.
“Hemos tenido que cambiar todas las rutinas, no hemos podido tocar el agua en más de una semana, acá hay una supercuarentena que ha modificado todo. Siempre tratando de mantenerme, pero fuera del agua. La natación es un deporte donde el medio, que es el agua, no es habitual. Se pierde mucho contacto, mucha sensibilidad. Esto ha sido un sacudón bien fuerte. Entendemos muy bien que la salud es lo primero y lo respetamos. Sigo esa consigna de que hay que quedarse en casa, hay que cuidarse. Todo ha cambiado... y eso que va solo una semana”, relata la chilena desde la casa de la familia de su entrenador, Daniel Garimaldi, donde vive desde hace años.
La mejor nadadora criolla de todos los tiempos debe ser de las pocas deportistas en el mundo que pasa el aislamiento social junto a su coach. Eso le ha permitido hacer más sencillo el paso de la vida normal al cambio de rutina. La que, ella dice, intenta mantener. “Me levanto temprano, hago bicicleta, caminatas, por las rodillas no puedo correr mucho, y un poco de fuerza con el cuerpo, inventando cosas para tener un poco de peso. Y en la tarde de nuevo. Y manteniendo la mente, porque todo es adentro”, cuenta.
La deportista, antes de las medidas en Argentina, ya estaba en cuarentena voluntaria tras llegar de Estados Unidos. El país vecino es una de las naciones que ha definido la cuarentena total como su política para enfrentar el coronavirus. La segunda ciudad en importancia del país, de un millón y medio de personas, también cayó primero en la estampida tipo vacaciones, a lo que se sumó que el fin de semana pasado fue largo, de sábado a martes. Pero poco a poco la gente ha sabido regresar. “Acá se le llama cuarentena total. Está estrictamente prohibido salir. Solo si es algo muy necesario, hay algunos almacenes, farmacias, ferreterías pequeñas, algún otro lugar abierto. Pero tiene que estar cerca de la casa, ir caminando y una persona por familia puede salir. Si hay que transportarse a un lugar más lejano, tiene que haber un justificativo, mostrar por qué y si no, hay una multa y te quitan el carnet de conducir”, relata la medallista panamericana.
Las extenuantes jornadas de natación, que por muchos años terminaban de madrugada, antes de que la gente en general se levantara, son un buen recuerdo por estos días para Köbrich, quien cuenta ante el nuevo y obligado esquema: “No sé si me deja más o menos tiempo libre. Trato de hacer todos los días algo distinto. Un día se cocina, otro día se limpia mi pieza, se limpia el garage, lavamos los perros... Que sea una cosa por día para poder dosificar y estar con algo en la cabeza. Que haya un cansancio físico ayuda para recuperarse y darse un tiempo libre para después volver a iniciar todo”.
Eso sí, la santiaguina asegura que no han pensado en abandonar Córdoba, si se abrieran los aeropuertos, claro, para ir a entrenar a otro lugar. Encerrada, ni siquiera piensa en las dos competencias que tenía agendadas, una en mayo y otras en junio, “¿Dónde? No importa dónde, simplemente ahora no se podrán hacer, están canceladas”, dice seria y resignada. Parece que la única finalista chilena en unos Mundiales de Natación no quiere saber nada con las suposiciones. No se puede viajar, no se competirá, no habrá Juegos Olímpicos este julio... listo, a mirar hacia adelante. Y adelante está Tokio 2020, que ya se sabe, serán en alguna fecha de 2021.
Nada de suposiciones. Ni la palabra último, si va asociado a los Juegos. Menos pensar que la crisis sanitaria podría arruinar su cita final con los anillos. “Nunca he dicho si son los últimos, los quintos o los primeros, no. Y jamás podría pensar que esto pudiera arruinar algo o no. Mi carrera ha sido espectacular y sigo creyendo y apostando y trabajando para que siga siendo así”, dice, otra vez, seriamente.
Sobre el suspendido megaevento, la Alemana confiesa tener “sentimientos encontrados”. Complementa: “Estos Juegos Olímpicos van a ser distintos. No digo ni para mejor ni para peor. Hay que darnos mucho ánimo, que es difícil porque encima hay que estar encerrados. Hay que seguir buscando una motivación, sabiendo que los Juegos están. De mi lado, que estoy clasificada, lo puedo decir, los Juegos están, hay otros deportistas que están viendo cuándo pueden clasificarse. Estamos todos conectados en el Team Chile, mandándonos mensajes positivos”.
Köbrich Schimpl cumplirá 35 años en agosto. “Ya sabemos que los Juegos no son este año, ahora hay que ver cuándo, para poder planificar el nuevo Tokio 2020″, dice la deportista. También señala cuáles son las claves para tomarse el asunto con calma: ”Tienes ganas de entrenar, pero no sabes dónde. Son muchas cosas que hacen que uno esté en una delgada línea, pero tratando de estar más relajada, más tranquila, haciendo otras cosas para no enredarse y no tener un nudo en la cabeza, porque eso tampoco ayuda. Tengo un gran equipo que me está ayudando en la parte mental, me apoyo con mi familia de acá (Córdoba) y la de Chile, que sé que para cualquier aliento, están”.