Transcurridas dos jornadas de natación en Gwangju, se han disputado cinco finales individuales y en tres de ellas se ha batido o se ha bordeado el récord mundial.
El inglés Adam Peaty nadó los 100 metros pecho más rápidos de la historia en semifinales (56'88'' segundos) y ayer hizo la cuarta mejor marca de todos los tiempo (57'14'') para colgarse el oro.
A sus 18 años, la australiana Ariarne Titmus fue campeona en 400 libre con un tiempo de 3:58'76'', dos segundos más lenta que el récord mundial de Katie Ledecky (a quien le arrebató el oro) de 2016, y un potencial que invita a considerar una gran progresión.
Camino a los Juegos de Tokio del año próximo se anuncia una aceleración general. No faltan jóvenes atrevidos. El primero es Dressel, dominador con soltura de los 50 metros mariposa antes de obtener ayer el oro con una marca de 22,35 segundos, a solo siete centésimas de la plusmarca mundial (22'27'') que estableció el especialista ucranio Andrii Govorov en 2018.
Además de muy buenas marcas, se registraron situaciones importantes dentro y fuera de la piscina. La más llamativa fue la de la respuesta de la Federación Internacional de Natación a la situación ocurrida en el podio de los 400 libre de los hombres. Esa prueba la ganó el chino Yang Sun, quien en el pasado puso problemas en un control de dopaje. Sus rivales, como el australiano Mack Horton, lo criticaron. El oceánico salió segundo en Corea y se negó a compartir podio con el asiático. FINA respondió: "Nuestros deportistas y sus comités son conscientes de sus responsabilidades de respetar las regulaciones de la FINA y no utilizar las competiciones para hacer declaraciones o gestos personales".
Santos, récord de longevidad
Ya en el agua, el brasileño Nicholas Santos actualizó su propio registro en ser el nadador de más edad en subir a un podio de un Mundial. Su marca anterior de 37 años ahora se elevó a los 39 tras ganar bronce en los 50 mariposa. El sudamericano llegó a la cita por invitación, dado que Brasil no quiso hacerlo parte del equipo al no ser olímpica su prueba.
En tanto, Kristel Köbrich, quien se había quedado fuera de la final de 1.500 metros, decidió no nadar los 800 libre y enfocarse de lleno en la preparación de los Juegos Panamericanos de Lima, donde es una de las cartas chilenas para colgarse una medalla, justamente en los 800.