Christian Vilches retornó a la titularidad en Universidad de Chile. Pese a no ser considerado en la parte inicial del proceso que comanda Frank Kudelka, el Quili asumió un protagonismo inesperado y pasó a convertirse en el acompañante perfecto de Rafael Vaz, luego de que el técnico decidiera prescindir de Gonzalo Jara por sus constantes errores, que no ayudaban al equipo a progresar en su idea de juego. "Somos personas. Las personas pasamos mejores momentos y no tan buenos momentos y hay que tener el tacto para poner en cancha lo mejor", se justificó el argentino.

Vilches, sin embargo, está con atención especial. En el CDA asumen que es un jugador que necesita contención y que su estado emocional es clave para poder contar con su mejor versión. Ya ha dado indicios de su inestabilidad. "No estaba disfrutando el fútbol. Uno no lo disfruta cuando se ve envuelto en tanta crítica. No te permite desarrollarte como quieres, con la tranquilidad que quieres", dijo a La Tercera, luego de conseguir regularidad en la mejor época de Hoyos en la U.

Kudelka y sus compañeros del plantel han conversado con él de manera individual. Lo motivan a no bajar los brazos, pese a las constantes críticas que recibe por las fallas cometidas. Y también por su pasado en Colo Colo. Quieren que el duelo sabatino sea la consagración de un futbolista que termina contrato en diciembre. Su continuidad genera división en el directorio. La incertidumbre en relación a su futuro llevó a que su nombre ya fuese acercado a la dirigencia de Iquique, que no descarta sumarlo para la temporada que se avecina.

La vuelta del Quili se produjo hace dos fechas en la victoria ante Unión Española, por 4-1, en la que anotó un autogol, luego de estar más de cuatro meses sin sumar apariciones. Durante ese período se le vio muy mal anímicamente e, incluso, le pidió a Esteban Valencia, técnico que reemplazó al cesado Guillermo Hoyos, no jugar en las fechas posteriores a la caída por 7-0 ante Cruzeiro, por la Libertadores.

Hoy Vilches sonríe en el CDA. Está ilusionado con dejar atrás los malos momentos. Uno que ha asumido un rol clave para sostener al futbolista es Eugenio Lizama, psicólogo del club y quien hoy tiene a cargo los ejercicios de neurociencia. Le ha transmitido confianza en sus capacidades y le ha enseñado ejercicios para sobreponerse a la presión. Este sábado, sin embargo, tendrá el examen más importante, aquel que puede definir su estadía en La Cisterna.