Kudelka se desahoga: "La U es una mansión desde afuera, pero hasta que no vives dentro no ves la línea de la humedad"
El entrenador argentino analiza su paso por los azules y desliza que fue un error haber aceptado el puesto.
Frank Kudelka se sincera. Lo hace en Córdoba, su ciudad natal y donde, en la banca de Talleres, consiguió sus mayores éxitos como entrenador. Allí desde donde saltó a Universidad de Chile, una decisión que ahora se cuestiona. "Y si cometí un error, a la distancia, tal vez, esos errores lindos, porque son tomas de decisiones. No sé si hay un error lindo, pero ese error que uno tal vez a la distancia se da cuenta, pero seguramente por el énfasis que uno le pone a esto y tratando de estar permanentemente haciendo lo que uno ama, que es dirigir, justamente eso se comete error, que fue inmediatamente de Talleres saltar a la U. Y cuando digo error no hablo ni de resultados ni de partidos ganados ni de porcentajes, no, no. Hablo desde el punto de vista humano. No haber descansado", reflexiona en una entrevista al programa Super Deportivo Radio, de radio Trinidad.
El entrenador repasa cómo se dio su llegada a los laicos. "Yo recuerdo que terminamos el campeonato en Talleres por allá por la mitad de mayo. Me fui a Europa por un llamado que tenía, me había llamado un club para contratarme, estuve una semana allá, volví e inmediatamente tomé la U de Chile. E inmediatamente que lo tomé empezamos a jugar porque allá el Campeonato empezaba por la Copa Chile. No tuve tiempo de nada. Ni de descanso ni de armar un equipo, más allá de que después nos fue muy bien, porque casi logramos el campeonato en diciembre del año pasado. Sinceramente, totalmente alejado de tener un análisis a partir del resultado, creo que ese deseo permanente de estar trabajando atrajo inconscientemente ese error de no descansar".
También revela que su paso por los azules pudo abortarse antes. "Ya en diciembre yo quería irme, quería dejar la U. Me pidieron que no, había un armado de equipo nuevo. Hasta que dije 'no, ya no va más, necesito renunciar', pero desde el punto de vista de mi descanso", dice.
Luego, profundiza respecto de las condiciones que encontró en el club para desarrollar su proyecto. Ahí deja fluir su lado más crítico. "La U de Chile se ve como una mansión desde afuera, donde todo está perfecto, pero aún, como en toda mansión, hasta que no estás viviendo dentro no ves donde está la línea de humedad cuando aparece una lluvia.Y eso se ve desde adentro y no de afuera, desde lejos. Entonces, en ese sentido, creo que no fue pleno, pero cuestión no mía, sino por cosas que realmente ellos tienen. Un club muy convulsionado políticamente, lo cual seguramente hace su mella en esta transición que, tarde o temprano, van a tener que corregir. Y no pasa por los técnicos, sino por una cuestión de decisiones políticas internas", analiza.
Esos factores, añade, hicieron que la experiencia no fuera la mejor. "Eso no lo disfruté a pleno, porque tal vez uno venía acostumbrado de otra institución, donde la hicimos toda junta, todos juntos y donde todo estaba muy prolijo, muy completo, muy claro. La idea, los proyectos, los objetivos, las metas. Pero, bueno, no todas las instituciones son iguales. En ese contexto, está también está el momento de las personas. Hay veces en que hay nubes y uno ve el sol. Y hay veces en que hay sol y uno ve nubes. En ese sentido, ha sido un aprendizaje muy lindo, muy profundo, pero no lo he podido disfrutar a pleno desde mi profesión", afirma.
Finalmente, reitera que nunca pudo darle su identidad al equipo laico. "Sin echarle la culpa a nadie, porque nunca pude hacer jugar al equipo como a mí me gusta y eso que casi salimos campeones. Nunca pude armar el equipo como a mí me gustaba", explica, en una postura que ya había evidenciando mientras dirigía a los azules. Y luego repara en que, en otra época, quizás pudo hasta celebrar un título. "Justo el año anterior al que yo fui, allá los campeonatos eran de seis meses. Si hubiese sido así, hubiese salido campeón, por el gran porcentaje de puntos que logramos. Pero, para ser honesto, necesitábamos mucho más tiempo de trabajo para que el equipo jugara como a mí me gusta", sentencia.
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