La advertencia de Claudio Orrego sobre el sueño de albergar los Juegos Olímpicos: “Hay que tener cuidado con saltarse etapas”
El Gobernador de la Región Metropolitana y director de la Corporación Santiago 2023 entrega las claves que debe considerar Chile para recibir la cita de los anillos. Además, plantea una opción para la mantención y uso de los recintos deportivos que serán parte del legado de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.
Los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 han dejado un gran legado para el deporte nacional. Uno de estos ha sido la demostración de que Chile tiene las condiciones para recibir eventos de esta importancia. Por otro lado, está la infraestructura que ha quedado disponible para el desarrollo del alto rendimiento, así como para la comunidad en general.
Esto abrió el apetito de autoridades como el Presidente Gabriel Boric y el director ejecutivo de la Corporación Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, quien sostuvo este domingo, en entrevista con La Tercera, que el próximo paso que debe dar el país es postular a los Juegos Olímpicos del 2036.
Sin embargo, el Gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, quien además forma parte del directorio de la corporación, tiene una visión diferente y más cauta respecto al ambicioso objetivo planteado por el CEO de los Panamericanos. Además, en conversación exclusiva con este medio, la autoridad regional también realiza un balance de todo lo ocurrido en las últimas semanas, en torno al evento polideportivo más importante que se haya realizado en territorio nacional.
¿Cómo evalúa el desarrollo de los Panamericanos?
Estos Juegos superaron con creces las expectativas. Cuando postulamos, había muchas voces que tenían serias dudas con respecto a estos megaeventos... si íbamos a ser capaces... Chile ya había fracasado dos veces antes. Bajo todas las medidas, estos Juegos superaron todas las expectativas que teníamos, en calidad organizativa, en la calidad de la infraestructura deportiva, que es de clase mundial. También el medallero. Más allá de los oros, casi 30 medallas más respecto al mejor desempeño histórico de Chile es algo brutalmente positivo. La asistencia del público a los estadios que los repletaron en algunas disciplinas. La cobertura televisiva, que fue muy superior a lo que se esperaba y el entusiasmo general del país.
El Presidente Boric planteó el desafío de evaluar unos Juegos Olímpicos para 2036. ¿Qué le parece esa propuesta?
Me encantan los desafíos grandes. Uno siempre tiene que soñar en grande. Tiene que partir pequeño y después escalar. Esa es mi máxima en la vida. Estos Panamericanos nos permiten soñar en grande, pero hay que tener cuidado con saltarse etapas. Al deporte chileno, no a la capacidad organizativa ni la infraestructura, le falta un desarrollo importante en esta materia. Perfectamente, podemos caminar y comer chicle al mismo tiempo, es decir, pensar en un horizonte de mediano plazo de una apuesta tan grande como esta, pero en el intertanto implementar esta política de Estado que lo promueva como una política social. Hacer eventos sin esa política que le eleve el perfil al deporte como una política fundamental, podría ser un espejismo. Tenemos que ser capaces de crear una base deportiva que cuando hagamos los Juegos Olímpicos, porque yo espero que los hagamos alguna vez, de verdad el desempeño del deporte chileno sea de muy alta factura. Me gusta la idea de ponernos una meta grande, pero me pondría metas intermedias dentro de las que está construir de verdad una política de Estado para el deporte en Chile en los próximos 10 o 20 años.
Tras los Panamericanos se conocieron nuevos casos de cubanos que dejaron la concentración para evitar volver a su país de origen. ¿Qué opina al respecto?
Es bastante evidente que en caso de Cuba no existen las libertades básicas que hagan que deportistas de alto rendimiento se quieran quedar en su patria. Lo que vimos ahora no es la primera vez que ocurre. En Chile no es la primera vez que ocurre. De hecho, tenemos varios deportistas que han llegado desde Cuba. Santiago Ford, sin ir más lejos. Uno se puede hacer el leso, pero la verdad es que él vino huyendo de una situación muy compleja, desde el punto de vista humano, que tenía en Cuba, arriesgando su vida, no viendo a su familia en cinco años, sacrificándose. ¿Por qué? Porque creen que la libertad en la democracia son mejores espacios para prosperar en la vida y no me refiero solo al deporte. Hay que aceptar a estos deportistas cubanos que quisieron irse de su país, que Chile los acoja como lo ha hecho con tantas personas que han huido de todo tipo de regímenes totalitarios en la historia.
¿Cómo fue el trabajo de la ciudad para recibir los Juegos?
En el caso de la ciudad, había mucho temor de cómo íbamos a recibir estos Juegos Panamericanos. El esfuerzo mancomunado del gobierno nacional, los municipios y el gobierno de Santiago permitieron que no solamente la ciudad funcionara bien, sino que fuimos capaces de mejorar los entornos a los principales recintos deportivos. Pavimentación de calles, nuevas demarcaciones. Fuimos capaces de engalanar bastante la ciudad.
¿Cómo evalúa el transporte? El uso del Metro fue bastante alabado por los mismos deportistas.
Un invitado de lujo fue el uso del transporte público. El uso del metro. La impresión que tuvieron los deportistas y los turistas respecto a la calidad de nuestro Metro. A la gente se le olvida que la mayoría de los grandes países de Latinoamérica no tienen Metro. Y no solo es el más largo, sino que además es el más moderno. Además, está el sistema de buses eléctricos, buses de dos pisos y, por último, en general, las medidas que se adoptaron para que la ciudad funcionara mejor desde el punto de vista del tráfico, para que no hubiera incidentes mayores en temas de seguridad en el entorno al evento deportivo.
A nivel personal, ¿cuál es su balance?
Para mí por lo menos, que algo tuve que ver en el origen de esta epopeya y que me tocó contribuir desde la Corporación y como Gobernador, súper satisfecho. Siempre hay cosas que mejorar, por supuesto, pero creo que fue un evento redondo que nos permite proyectar varias cosas a futuro.
¿Cómo benefician los nuevos recintos deportivos a la Región Metropolitana?
Una buena política deportiva a nivel de país, de ciudad y de comuna, siempre supone tener infraestructura de primer nivel. Es un requisito necesario aunque no suficiente. Ya tenemos uno de los requisitos para que esto sea un aporte significativo a una nueva política deportiva de Chile, se requieren algunos componentes. Que sean bien administrados y mantenidos. No podemos decir lo mismo después de los Odesur.
¿Cómo se deberían gestionar estos recintos?
En esta materia tenemos que aprender de los mejores. En materia de Juegos Olímpicos de la era moderna, probablemente la experiencia inglesa ha sido la mejor y quizás haya que estudiar el modelo de ellos, que crearon una corporación especial para administrar y mantener la infraestructura deportiva que se generó para los Juegos Olímpicos de 2012, porque si hoy día solo queda el Instituto Nacional del Deporte (IND), son tantas las tareas y funciones que tiene, tantas restricciones que tiene por ser una entidad pública. Me temo que quizás no se mantengan ni gestionen como corresponde. La clave es garantizar el acceso al alto rendimiento, pero también democratizar el acceso a estas infraestructuras. Esto no puede ser solo para las selecciones. Tiene que ser para la ciudadanía, para campeonatos intercomunales, interregionales. Para mí, tenemos el punto de partida, pero lo que viene ahora es llenarla de contenido, de uso y mantenerlas como corresponden.
A propósito de la administración, una serie de federaciones le enviaron una carta al Presidente Gabriel Boric solicitando tomar el control de estas infraestructuras. ¿Qué opina de ello?
Yo voy por buscar un punto intermedio. Más que entregárselo a las federaciones, donde algunas funcionan bien y otras no tan bien, y por dárselas al IND, yo exploraría el modelo inglés de una corporación especialmente destinada a administrar con esta doble dimensión. Esto no puede ser solo para el alto rendimiento. También tiene que ser para que la ciudadanía, los clubes, el nivel competitivo, quizás más amateur, pueda acceder también a esta infraestructura que es de todo Chile. No es solamente de una federación en particular. Yo me la juego por ese tema, pero obviamente estoy abierto a evaluar los pros y los contras de cada uno.
¿Qué le parece la respuesta del público que llenó los recintos en los Panamericanos?
Rompe varios mitos. El primero, que el único deporte en Chile es el fútbol. Que la gente no está dispuesta a pagar por ver otros deportes. Que la gente no está dispuesta a ver en televisión otras disciplinas deportivas. Así como se batieron récords deportivos, en estos Juegos se rompieron récords de audiencia y participación ciudadana que tenemos que tomar en cuenta. Me tocó participar dentro de muchas conversaciones dentro de los estadios y en ambientes familiares y sociales donde la gente había descubierto nuevas disciplinas. Yo, que soy fanático del deporte, me desayuné con el básquetbol 3x3, con el vóleibol playa, a pesar de que existía de antes, pero nunca lo había visto. Me desayuné con el vóleibol. Para mí, el vóleibol fue la gran sorpresa en cuanto a la masividad en estos Juegos. El Arena Parque O’Higgins repleto todos los partidos, todos los días, jugara o no Chile. Me parece que es un mérito y un saludo a la federación. Esta fue una fiesta en muchas dimensiones. Ver el Estadio Nacional lleno, con lluvia y sin lluvia, corriendo Chile o no, da cuenta de que tenemos un potencial para hacer nuevos eventos, tanto internacionales como nacionales o regionales.
¿Qué se puede hacer para potenciar este interés del público?
Se lo comentaba hace unos días al ministro Jaime Pizarro. Si el día de mañana se decide revivir la vuelta a Chile, que para algunos de nosotros fue parte de nuestra historia, quizás si todas las regiones nos ponemos, es más fácil levantarla. Para que tengamos una política deportiva de verdad, hay al menos cuatro requerimientos: El carácter de Estado, un presupuesto anual, transversal políticamente, que tenga todos los financiamientos. Segundo, que haya una dimensión territorial. Tercero, que sea multisectorial. La dimensión del deporte no puede ser solo un tema del ministerio del Deporte, también tienen que ver otros como Educación, Salud y, por último, tiene que ser integral. Es decir, tiene que tener una dimensión de infraestructura, pero también una formativa, competitiva y una política de atracción y formación de entrenadores de alto nivel. Tenemos todos los ingredientes para dar un salto en el deporte chileno.
¿Se podrá replicar lo sucedido en los Panamericanos, ahora en los Parapanamericanos?
Probablemente, en masividad no. Muchos de ellos son deportes nuevos que la gente no conoce. Claro, el básquetbol en silla de ruedas es algo que la gente más o menos tiene una noción. Sí creo que el entusiasmo que generaron los Panamericanos si lo sumamos a una estrategia inteligente de invitaciones a colegios, puede permitirnos volver a tener estos recintos llenos. Con un aliciente.
¿Qué destacaría de los Juegos Parapanamericanos?
Los Parapanamericanos tienen un doble beneficio para el país. No solamente para promocionar y apoyar a nuestros deportistas en esta disciplinas, sino que también la promoción de la inclusión como un valor importante en cualquier sociedad. Por lo menos para quienes conocemos a algunos para deportistas, de verdad es impresionante el esfuerzo, la resiliencia, el testimonio de entereza que ellos dan y ojalá que eso irradie, tal como la Teletón, una mayor empatía con las personas que tiene discapacidades y también nos permita promover el deporte. Porque si a alguien le falta un brazo y puede nadar, si alguien que es ciego puede jugar fútbol, uno se plantea todos podemos. Es una señal muy potente para la ciudadanía. Si bien yo creo que por la cantidad de países y disciplinas va a ser menos masivo, yo igual aspiro a que los recintos estén llenos, que nuestros deportistas se sientan apoyados por competir en casa y que le transmitamos una señal de inclusión, empatía y promoción del deporte paralímpico a toda la sociedad chilena.
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