Luis Núñez advierte que no se entregará a la justicia, de la que sigue prófugo. La policía lo busca por su presunta participación en el crimen de Juan Pinto Vásquez, en octubre de 2018. Pinto falleció producto de un disparo en la cabeza. Mario Albornoz, otro de los involucrados, terminó con el fémur izquierdo destrozado producto de otro impacto. Al ex delantero de la UC y a Andrés Vergara se les identificó como sus agresores.
El último día del que se tiene pista de Núñez y su compañero. Al día siguiente, a las 11:49 del 11 de octubre, el fiscal Marcelo Apablaza solicitó la detención de los imputados. La jueza Carolina Gajardo, del 12º Juzgado de Garantía de Santiago, dio curso a la petición y extendió la orden a la Brigada de Homicidios. "Atendido el delito de que se trata y la circunstancia de que los antecedentes y el reconocimiento efectuado por la víctima parecen suficientes, se autorizó la detención de ambos imputados", declara la orden de arresto, a la que tuvo acceso La Tercera, en noviembre del año pasado.
Ahora Lucho Pato jura inocencia. En virtud de ese principio, se mantiene oculto. Ni siquiera su abogado sabe donde está. La situación no resulta para nada agradable ni cómoda. La policía lo busca. "Vivo encerrado como una rata", reconoce el exfutbolista en una entrevista que le concedió al diario El Mercurio. "La justicia y la policía aún no pueden decir que no tengo nada que ver en lo que me involucran sin ningún motivo. Yo pagué caro toos los errores en mi vida. Pero en este no tengo nada que ver. Lo juro por la memoria de mi papá, que acaba de fallecer", dice. A su progenitor ni siquiera pudo ir a despedirlo.
Una vida dura
Ni su abogado, Luis Hernández, sabe con certeza donde está. El escenario se da hace varios meses. "Luis ya no vive en Santiago, por lo que supongo que nadie se ha comunicado con él. Dudo que sepa que lo están buscando. He intentado comunicarme durante el día y aún no puedo", explicó el jurista, en noviembre, a La Tercera.
"La policía sabe lo que pasó y los tribunales también. Hay un detenido hace ocho mese y, según lo que me han dicho, aún no lo hacen declarar, porque saben que él dirá la verdad. Pero no: prefieren buscarme porque soy conocido. Yo me crié con él, es como mi hermano y eso les bastó para que me involucraran", sostiene.
Por esa razón, insiste en que no se entregará. "Es que no tengo por qué entregarme; no he hecho nada. Quizás cuantos meses me tendrá preso la justicia esperando un proceso. Y yo no tengo nada que ver. Ustedes no saben lo que perdí y lo que luché en estos cuatro años. La vida me está haciendo vivir como un delincuente. Y no lo soy. Solo soy un exfutbolista que se equivocó en el camino. Me han basureado. Mis hijos escuchan que su papá es un asesino y no es así", explica.
Incluso está dispuesto a mantenerse oculto, pese a la incomodidad que representa. "Si la vida y Dios quieren que esté así para siempre, no me queda otra. Pero, como te digo: pagué mis errores y cumplí en la cárcel. No le debo nada a nadie y traté de empezar una vida nueva. Escucho muchas cosas sobre mí, pero estoy seguro de que a nadie le gustaría estar en mis pantalones, andar corriendo por nada", dice.
Y concluye: "Fui feliz siendo futbolista, pero si naciera de nuevo, nunca tocaría una pelota.