La aflicción de Kudelka: "No teníamos que perder este partido"

Frank Kudelka se percibe apesadumbrado cuando analiza la caída de Universidad de Chile ante Palestino. Lo inquieta, además del resultado, el bajo nivel que mostró el equipo laico en La Cisterna. "Lamentablemente, dejamos la misma imagen del año, muy disparejos. No hay una continuidad de resultados positivos, más que dos. Hasta el gol de ellos, el equipo estaba bien, tenía posesión, se exponía de pronto al contragolpe, pero acrecentaba las opciones", sostiene.

Sin eufemismos, habla de las equivocaciones de sus dirigidos. "En cada gol, son dos errores garrafales, de atención. No podemos hacer nada ante eso. No es siempre, pero generan otros momentos. No nos habíamos instalado en el segundo tiempo y recibimos otro cachetazo. Se hace muy difícil", afirma.

Igualmente, dice que prefiere no amilanarse. "Es muy difícil que no me genere dudas, pero no quiero tenerlas. Queremos tener soluciones. No podemos torcer la racha de continuidad.Hay un montón de factores que debemos corregir. Cuando comulgamos la misma idea, el equipo rinde. Cuando aparecen obstáculos, indudablemente, es un resquebrajamiento total en lo anímico y de perder el plan que uno tiene como equipo. Es muy claro. Quiero estar del lado de la verdad. Hasta el primer gol, podríamos ganar fácil. Después no. Cambié nombres, posiciones. Nada de eso surtió efecto", añade.

Y para graficar su evidente tristeza, resume cómo sintió el partido.  "No es un cachetazo fuerte. Es más que eso. No teníamos que perder este partido. Tenemos que brindarnos en relación a la jerarquía, al historia de esta gran institución. No puede ser que por un gol caigamos así de esta manera. La historia de la institución está por nosotros. Y si no estamos a la altura de la cirscuntancia, la historia dará su veredicto". Finalmente, se hace parte del mal momento de los universitarios. "Me siento partícipe de este momento. Me siento dolido. Puedes ganar o perder, pero hay formas y formas. Tuvimos desatenciones en una final. Nada te quita las esperanzas, las convicciones. Muchas veces un cimbronazo profundo te hace ir a tomar las mejores decisiones. Hay oportunidades todavía, pero no podemos perderlas. Era una gran oportunidad para nosotros en un año en que las cosas no han salido del todo bien. La dilapidamos", concluye.