El partido entre Unión La Calera e Iquique está resultando inesperadamente el más conflictivo de la reanudación del fútbol chileno. Inicialmente generó discusión por el horario del partido, que la gobernación pretendió mover de las 17.30 a las 15.00, y al que los jugadores visitantes se opusieron tajantemente. Pero al final, fue la intervención de la municipalidad local la que lo hizo estallar por los aires. La alcaldesa dijo que no cede el estadio. La intimidación de las barras bravas dio resultado. La situación, además, se resolvió por la vía institucional, porque la ANFP decidió reprogramar el encuentro de Cementeros y Dragones para el viernes, a las 11.00, en el Bicentenario de La Florida.
"Calles con sangre, canchas sin fútbol", era el eslogan con el que los barristas de Unión La Calera convocaban a una manifestación el día del partido (la imagen corresponde a un volante sobre tal situación). Y la alcaldesa de la comuna, Trinidad Rojo, se lo tomó en serio. "No están las condiciones para jugar el partido. No prestaremos el estadio, ya que tenemos que actuar con responsabilidad", asegura a La Tercera. "Esto no obedece a ninguna amenaza específica. Nos interesa salvaguardar la integridad de los vecinos y de todas las personas que viven en las inmediaciones del estadio", agregó.
"Hay muchos temas que vienen de arrastre... Fundamentalmente el tema de la insignia, por lo que creemos que los hinchas pueden aprovechar este contexto. Y en ese escenario, lo mejor que podemos hacer es proceder de manera responsable", añade. Y sentencia: "Se trata de una decisión irrevocable. ¿Para qué nos vamos a exponer si podemos evitarlo? Nosotros administramos el estadio y si hay problemas, tendremos que hacernos cargo", remata.
Para la ANFP es todo un dolor de cabeza, pues la propuesta inicial fue jugar en Santa Laura, en Santiago, sin embargo esa posibilidad chocó con las pretensiones de Iquique, que se niega. Argumentaron que prepararon el compromiso en cancha sintética y que no tiene sentido mover el partido. Y avisa que viaja hoy pase lo que pase a instalarse en La Calera, como estaba estipulado. De no presentarse en Santiago, el reglamento le restaría 15 puntos en la tabla general, lo que provocaría su descenso.
La Florida fue finalmente la opción escogida, por su superficie artificial, pero Iquique también se negaba, aunque anoche, en un comunicado público aceptaron a regañadientes tal solución. "Por último, ante lo expuesto anteriormente, el club ha decidido realizar el viaje y desde este momento, trabajaremos en lograr la logística necesaria para presentarnos de la mejor manera al partido fijado frente a Unión La Calera, en Santiago", señala la declaración pública de los nortinos.