Javier Altamirano continúa su recuperación. Cada paso que da lo acerca hacia la meta: volver a jugar fútbol de alto nivel, como lo hacía antes de la convulsión que sufrió en el partido frente a Boca Juniors, a mediados de marzo. Ese incidente, primero, generó un alto impacto y un temor concreto respecto de la vida del jugador. Luego, la esperanza en su rehabilitación, y, finalmente, hasta influyó para que la Conmebol actualizara sus protocolos de seguridad en relación a la salud de los futbolistas e introdujera una norma que permita sustituir a quien sufra un percance de este tipo sin agotar uno de los cupos convencionales.
El volante formado en Huachipato aún no sabe cuándo volverá a jugar. En mayo volvió a realizar actividad física, lo que fue considerado un significativo avance en su evolución, que se lleva con total mesura y que es monitoreada también desde Talcahuano, pues los acereros, aunque asignan la preocupación al factor humano que les une a un deportista que formaron, mantienen un importante porcentaje de propiedad sobre sus derechos económicos.
La señal
Esta semana, Altamirano se reencontró con lo que más le apasiona: la práctica del fútbol. De hecho, lo exhibió en su cuenta en Instagram, en la que da cuenta de la felicidad que le produce el contacto con el balón. Tres emojis dan cuenta de su sensación: un balón, un corazón y una sonrisa. En el idioma que se utiliza en las redes sociales, está claro lo que significa: la felicidad por retomar el fútbol, el gran amor del chorero.
Aunque significativo, por todo lo que implica, el retorno de Altamirano es paulatino. De hecho, la hoja de ruta establecida por el cuerpo técnico de Estudiantes comprende que en esta etapa el mediocampista se inserte en algunos ejercicios con balón en compañía de quienes integran el plantel pincharrata, pero sin contacto físico. Es decir, reduciendo prácticamente a cero las posibilidades de riesgo.
Sin riesgos
Altamirano luce una buena condición física, aunque, por el momento, su prioridad está puesta en que no sufra contratiempos de ningún tipo. Para pensar en la reinserción competitiva aún queda un tiempo. Indeterminado, todavía, pero cada día menor y con un margen de esperanza mucho más concreto en que el reencuentro pleno con el deporte se producirá dentro de poco.
El mediocampista, según informó en su momento el cuerpo técnico pincharrata, sufrió una trombosis del seno longitudinal superior en el cerebro. El club argentino le ha brindado pleno respaldo y, de hecho, le convirtió en protagonista de la celebración del título que obtuvo.