El histrionismo de Jorge Sampaoli se opacó una vez finalizado el partido entre Argentina y Francia. Lo que comenzó como la ilusión de haber conseguido lo que siempre quiso, dirigir a su país, desde sus inicios en Casilda, terminó con la derrota 4-3 que los sacó del Mundial de Rusia.
Repetía el buzo, al que volvió contra Nigeria, y sus primeros minutos reflejaban la inquietud que, generalmente, muestra en los partidos. Daba instrucciones y se movía en su zona técnica, eso, hasta que Griezmann marcaba de penal la apertura de la cuenta. Ahí comenzaba la tensión y se iba apagando el Sampaoli recordado en Chile dando paso al tímido con opaca participación que lo ha marcado en su paso por la albiceleste.
Solo el empate de Di María soltaba al casildense, que hasta ese momento, ya no daba indicaciones y se limitaba a ver el partido. Argentina caía y el rostro del técnico era el reflejo de lo que mostraba su equipo en la cancha. Plano, sin ideas ni soluciones. El gol de otro partido del zurdo elevaba los ánimos trasandinos. En Sampaoli volvían los aplausos y los gritos de ánimo. La tensión, sin embargo, solamente se tomaba una pausa.
Para los segundos 45 minutos decidía meter a Fazio, quien ingresaba para colaborar en la marca de Mbappé, subiendo a Otamendi a la línea de volantes. El mayor roce que quiso imponer Argentina no funcionaba, pues el mismo delantero del PSG era quien sentenciaba la serie con dos goles.
Sin embargo, el segundo tiempo se retomaba con ilusión. El ex técnico de la Roja gritaba eufórico, con puños cerrados, el sorpresivo gol de Mercado que los ponía en ventaja. Duró poco, eso sí, pues el empate de Pavard volvía a bajar los hombros de Sampaoli y de sus jugadores, que sintieron el golpe.
Tras el final del partido, salió caminando con paso más lento a su habitual salida rauda rumbo a camarines. Dejó su zona técnica y se metió en el túnel. Cerrando así, el capítulo más triste de su historial como entrenador. El sueño mundialista terminaba contra un equipo que fue superior y al que Sampaoli, no supo contrarrestar.