En el fútbol, ‘neta’ se convirtió en un sufijo que sirve para graficar la adhesión irrestricta a la propuesta de un entrenador en forma de un vehículo imaginario de capacidad ilimitada, que permite sumar a cuanto pasajero quiera subirse a él. Hay quienes le dan forma de auto de carrera cuando se trata de atacar y de bus cuando hay que cuidar el resultado. En ambos casos, reservan los asientos preferenciales a los que creyeron en el modelo desde que comenzó a diseñarse. Sin condiciones de por medio.
La Almironeta, a estas horas, va llena. Después de la victoria de Colo Colo sobre Junior, en Barranquilla, hubo, incluso, que añadirle varios carros nuevos. Su conductor, Jorge Almirón, suma cada vez más adhesión. Hasta quienes discutieron el pragmatismo de su propuesta futbolística, en comparación con la identidad protagonista que ha caracterizado a los albos, se esconden en los últimos asientos. Blanco y Negro, que financia el imaginario medio de transporte, factura a cuenta. Los US$ 7.380.000 que ha recaudado solo por premios directos de la Conmebol por la participación en la Copa Libertadores dan para considerarla un vehículo de lujo. El desglose considera estímulos fijos y variables. Así, por ejemplo, los albos recaudaron US$ 1,1 millón por jugar las fases preliminares y otros US$3.330.000 por la fase grupal. Clasificar a octavos les significó US$ 1,2 millones más. El ingreso a cuartos de final le garantizaba US$ 1,7 millones, tras los dos triunfos ante Junior. Esas victorias no solo son importantes por lo económico. Entran en la historia como la primera vez que el Cacique supera una eliminación directa con producción perfecta.
La apuesta perfecta
La mantención de la Almironeta, por cierto, es cara. A su conductor y a la tripulación que le acompaña (entiéndase el cuerpo técnico) hay que pagarles US$ 1,6 millones por temporada. La cifra supera en US$ 400 mil el tope que recibía Gustavo Quinteros. El acuerdo es por dos temporadas. Los albos, en todo caso, asumían que la contratación del staff implicaba un esfuerzo importante, por su antecedente más reciente y llamativo: había llevado a Boca Juniors a la final del torneo continental, en la que cayó frente a Fluminense. “Es uno de los mejores DT que llegaron al club en la historia”, graficó el entonces presidente de la concesionaria alba, Alfredo Stöhwing. “Es un entrenador que viene de dirigir a Boca Juniors, uno de los principales equipos de Sudamérica”, añadía. El último dato era clave. “Viene de dirigir a un equipo que recién jugó la final de la Copa Libertadores. Creemos que puede hacer una gran labor y eso es lo que esperamos”, resaltaba el mandamás.
La Almironeta, por cierto, requiere piezas de primer nivel. La versión del primer semestre, marcada por la repatriación de Arturo Vidal, el acierto en la incorporación de Lucas Cepeda y el arribo de Guillermo Paiva sobre la hora para llenar una posición clave, alcanzó para cumplir la primera parte del recorrido. A veces, con el motor exigido al máximo. El técnico argentino tenía claro que para los kilómetros siguientes necesitaba repuestos de primera línea. Y no vaciló a la hora de pedírselos a la dirigencia. El arribo de Javier Correa (US$ 1,8 millones) se transformó en una clara señal de la intención de reforzarse en el más alto nivel. Aunque aún no marca por el Cacique, el exjugador de Estudiantes de La Plata llegaba como el goleador del fútbol argentino.
Por Mauricio Isla también hubo que realizar un esfuerzo importante: US$ 300 mil para Independiente, a cuenta de la cláusula de salida y $ 35 millones mensuales de sueldo para el Huaso. A Jonathan Villagra, la solución de emergencia tras la lesión de Alan Saldivia, se le convenció con una propuesta salarial superior a la de la U. Es decir, con US$ 200 mil de prima y unos $ 10 millones mensuales de salario. Y a Unión Española, con US$ 250 mil por el 70 por ciento de los derechos económicos.
Hoy, sin embargo, nadie incluye esos montos en la columna de los gastos. La Almironeta, como todo vehículo que se devora las autopistas, requiere combustible de alto octanaje. Su rendimiento refleja el beneficio de la inversión.
Detalles y tips
“Es máquina”, dijo Arturo Vidal, en su estilo, cuando supo que el técnico transandino llegaría a Macul. El Rey no es el único jugador albo que ha elogiado a Almirón. En marzo, Esteban Pavez había resaltado la cualidad que hace especial al entrenador. “El profe Almirón es muy detallista en la Copa Libertadores. Nos ha dado tips que antes nunca me había tocado escuchar de un entrenador. Eso es muy importante. Sabe jugar este tipo de partidos. Nos da detalles importantes para nosotros”, sostenía el capitán albo. La influencia va más allá de lo estrictamente técnico. Incluso de Almirón. “Estamos haciendo bien la cosas, tenemos harto que antes no teníamos. Hemos ido sumando detalles para lograr objetivos. Tenemos nutrióloga, viajó un chef, un guardia antes para ver toda la logística. Es muy importante y antes no se hacía. Estamos siendo un club cada vez más profesional. Ojalá todos los equipos lo puedan hacer”, destacó tras el éxito en Colombia.
Inmediatamente después del partido ante Coquimbo Unido, la antesala de la revancha frente a Junior, el plantel albo se entregó a la experiencia de su entrenador en estas instancias. “Jorge es un técnico que ha demostrado su valor en las Copas Libertadores anteriores, con Lanús, con Boca”, destaca Emiliano Amor, después del duelo ante los piratas, a El Deportivo. “Sabemos que cuando no se puede jugar bien hay que meter y cuando se puede jugar bien, mucho mejor. Pero en la Copa Libertadores es por detalles, por cosas mínimas, que se gana o se pierde. Entonces, estamos preparados, el cuerpo técnico está preparado. Todo el país está ilusionado, esperanzado en que podamos pasar a cuartos de final”, sostiene el defensor.
El central, quien volvió a la estelaridad después de la lesión de Alan Saldivia, destacaba el estilo de trabajo del entrenador. “Almirón está en todos los detalles. El cuerpo técnico, también. En todos los detalles, en todos los momentos. Intentan que todos seamos mejores, día a día. Obviamente, repito, a veces sale la idea, a veces no, pero que nos marcan todo antes de los partidos, de cómo tiene que ser, de cómo tenemos que atacar y defender, es así”, sostenía.
Las cosas van a pasar
Amor, como sus compañeros, se refugia en el manejo que tiene el conductor en este tipo de instancias. “Jorge tiene mucha experiencia, el cuerpo técnico también. Saben lo que es llegar a una final”, decía, justamente en alusión al elemento basal de la llegada del argentino a Macul. “Todo lo que nos van diciendo lo vamos escuchando con mucha atención, porque sabemos que las cosas que nos dicen van a pasar. Está en todos los detalles”, sostiene.
En esa lógica entra, incluso, la evolución que ha mostrado el equipo albo en el semestre en que ha estado a cargo del exdelantero de Santiago Wanderers, incluso con los cuestionamientos de los hinchas más tradicionalistas de por medio. “Es tiempo. No se van a ver las cosas en dos semanas. Cuando se nos vienen a meter atrás cuesta meter los pases filtrados, hilar las triangulaciones que tiene la idea del técnico, pero estamos haciéndolo de buena manera”, admitía el central respecto de la forma en que el equipo albo ha ido asumiendo los postulados del DT.
No es el único. Ramiro González, autor de un gol en la victoria sobre el equipo de Fernando Díaz, coincidía. “Confiamos plenamente en él, en lo que nos pida. No solo en el profe, también en los jugadores, que hay mucha jerarquía. Está Arturo, está Mauricio. En general, línea por línea, hay buenos jugadores. Así que nos agarramos de eso. En trabajar, en tirar todos para el mismo lado para llevar a Colo Colo a lo más alto”, enfatizaba. La Almironeta tiene la cilindrada suficiente para arrastrarlos a todos.