Ricardo Gareca entra a la sala de conferencias del estadio Monumental con un semblante serio. No es para menos. En su primer partido con la Selección por las Eliminatorias, acababa de sufrir una dura caída. Por más que sea ante el campeón del mundo, en su casa, el traspié duele.
La derrota también preocupa por sus consecuencias. Chile se sigue alejando del propósito para el que, precisamente, llegó el Tigre: un cupo en el próximo Mundial. Si bien la responsabilidad está lejos de ser suya, tiene claro que los dardos recaerán en su contra.
La amarga conclusión
Gareca se sienta a escuchar preguntas. Las responde educadamente, pero se le nota la incomodidad. “Nos costó encontrar. Creo que nos acomodamos después de los 30. No fue un buen partido nuestro. De cara a lo que viene, tenemos que mejorar. Partido difícil. Creo que Argentina estuvo bien, aunque lo pudimos controlar. La más clara del primer tiempo la tuvimos nosotros. También tuvieron esa dosis de suerte. Pudimos haber concretado ese cabezazo que pegó en el palo, pero no se dio. Nos complicó ese gol en el inicio del segundo tiempo. No se discute el triunfo de ellos”, establece de entrada.
“Entendieron. A veces las cosas no salen. Mucho tiene que ver el rival, también. Nos superaron. No hay lugar para lamentos. Hay que dar vuelta la página. Cada partido es un momento diferente. Nos tenemos que recuperar para Bolivia”, añade, respecto de cómo el plantel asumió su mensaje.
“Hay que levantarse. Las Eliminatorias son así. Es una historia que conozco. Cada partido es una historia diferencia. Hay lugar para el análisis, para corregir, pero hay que dejar atrás. El primer día duele. Creo que tenemos los argumentos para levantarnos. Ojalá que la gente nos apoye, que no deje de confiar en nosotros, que estamos en condiciones de levantarnos. El equipo va a responder. No tengo dudas en eso”, agrega.
“Necesitamos reencontrarnos con el gol. Lo vamos a encontrar en la paciencia, en la tranquilidad. El gol es una búsqueda constante, no se encuentra por casualidad. En eso vamos a tener que ir acentuándonos. En los primeros tres partidos hizo ocho goles. A partir de la Copa América nos costó. Generamos dos ocasiones de gol. Son partidos en los que les generas dos o tres y no pudimos concretarlas. Lo más importante, para mí, además de reconocer que no tuvimos un buen partido, es tratar de mentalizarnos para el partido con Bolivia”, expresa.
Sin espacio para lamentos
Gareca es claro. “El proceso ya arrancó. Estoy en un proceso en que hay que encontrar resultados rápidos. Las Eliminatorias son muy cambiantes. Me tocó vivir dos procesos en que arrancamos muy atrás. Es muy difícil. El dolor lo tengo, pero en cuatro o cinco días lo podemos transformar. Bolivia es un rival difícil, pero las Eliminatorias entregan oportunidades a todos. Vamos a poner toda la energía para poder recuperarnos”, dice.
“Hay un lote en la mitad de tabla en que vamos a estar todos en la lucha. Es lo que quiero transmitirle a la gente. En eso estoy convencido. Tengo la experiencia de poder saber estas clase de situaciones donde las historias cambian constantemente. A los jugadores les transmití que no quiero lamentos. Hay que respetar los opiniones y las críticas, pero no quiero lamentos. No hay tiempo para eso”, enfatiza.
“Para determinadas selecciones cuesta estar en la pelea. Para Chile, hace dos mundiales que no va. Hay que entender que todo esto es muy cambiante. Fecha tras fecha es diferente. Hoy nos superaron. Hay que prepararse para superar a Bolivia”, insiste.
Del duelo ante la Albiverde y su importancia fue claro. “El partido que viene es fundamental. La fe yo no la pierdo. Mientras matemáticamente haya chance, no la voy a perder. Hay que pelearla. Somos jugadores de selección, de una selección muy importante”, establece.
Luego, es claro. “Con el nivel no estoy tranquilo. Hoy jugamos mal, nos superaron, jugó bien Argentina. No es lo que queremos, pero tenemos que mejorar mucho. Quiero ser claro. Lo que le puedo decir es que hay otra historia diferente. Cada partido es una historia que hay que sacar adelante. El martes tenemos una oportunidad con nuestra historia, con nuestra gente. Tenemos que recuperar un nivel que despertó elogios en los primeros partidos”, concluye.