La ANFP toma un poco de aire en el conflicto con los árbitros. Técnicamente, el plazo para que se ejecutara la huelga que votó el sindicato referil con un categórico rechazo a la última oferta que les presentó la entidad que rige al fútbol profesional chileno: el 95,38 por ciento de quienes integran la entidad gremial optó por la paralización de actividades.
En teoría, la paralización debía materializarse este martes. Sin embargo, de acuerdo en lo establecido en la ley, la entidad que preside Pablo Milad, solicitó la mediación de la Dirección del Trabajo, con la finalidad de allanar un entendimiento. En el contexto laboral, la gestión es conocida como “buenos oficios”.
Acercar posturas
En la práctica, el trámite persigue conseguir más tiempo sin que se ejecute el paro, para presentar una nueva propuesta que convenza a los trabajadores en conflicto. En Quilín, las gerencias General y de Recursos Humanos, respaldadas por un equipo jurídico especializado, trabajan en un nuevo marco que, ciertamente, debe considerar las posibilidades económicas de la institución.
En principio, la lejanía era considerable. A modo de ejemplo, la petición más ambiciosa tenía que ver con el salario base para los jueces No Profesionalizados, que para Arbifup, la entidad en la que se aglutinan los jueces, que preside Cristián Droguett, debía pasar de $ 95 mil a $ 500 mil. A esa cifra habría que agregarle las correspondientes a las respectivas convocatorias, debidamente establecidas en el contrato colectivo vigente.
Calculadora en mano, en la sede del fútbol chileno estimaban que acceder plenamente al pliego dispararía el gasto de los $ 5 mil millones anuales a los $ 8.500 millones en el mismo período, una cifra inabordable para una entidad que, además de los problemas económicos que enfrenta, tiene abierto otro flanco: el del Fútbol Formativo.
Un problema menos
La solicitud de la mediación tiene un efectivo concreto. La ley establece que el primer período para los acercamientos es de 10 días hábiles. Para el segundo, otra vez si alguna de las partes lo solicita, se fijan en cinco. En la práctica la gestión garantiza la disponibilidad de jueces para dos compromisos fundamentales. Por un lado, para atender los partidos más próximos del Campeonato Nacional y, por otro, para cumplir con las designaciones de la Conmebol para las Eliminatorias.
En este último contexto, por ejemplo, hay 12 árbitros nacionales considerados: los que integran los equipos referiles que lideran Piero Maza y Cristián Garay. El primero está considerado para dirigir el partido entre Paraguay y Venezuela, en Asunción. El segundo, el choque entre Uruguay y Ecuador. De haberse ejecutado la movilización, se habrían quedado sin dirigir y, por ende, sin recibir las cuantiosas recompensas que ofrece la Conmebol a modo de retribución, al margen de complicar considerablemente la imagen del fútbol chileno.