Sydney McLaughlin parte confiada, rápida pero controlada, y al verse cómoda en el liderazgo mantiene el ritmo. Con una zancada amplia y larga avanza sin preocupaciones, como si flotara sobre el rekortán, no baja la velocidad en ningún momento. Cruza la meta de los 500 metros en Boston en primer lugar, con muy notoria ventaja, pues la segunda competidora llega tres segundos después, una eternidad.
Así el triunfante debut como profesional de esta oriunda de New Jersey, que con 19 años surge como la estrella en ascenso del atletismo mundial. Aunque el medio kilómetro no es una prueba oficial de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por su sigla en inglés), el registro establecido el sábado por McLaughlin, de 1'9"46, sirve para proyectar su rendimiento este año en que el atletismo tiene sus campeonatos mundiales en septiembre, en Doha.
La velocista tiene resultados de deportista consolidada, además de que sus tiempos son equivalentes a los de un atleta hombre chileno de su edad. En su especialidad, los 400 metros con vallas, su marca es 52"75, el mejor registro histórico para una atleta bajo los 20 años; lo impresionante, sin embargo, es que está a solo 41 centésimas del récord absoluto.
Además, basándose en los resultados de campeonatos mundiales, con esos 52"75 estaría lista para coronarse en Doha. No es un ascenso repentino, en cualquier caso, pues hace años que Sydney destaca en vallas. Con 14 años ya tenía la marca de clasificación para ir a los mundiales junior (Sub 20), pero el reglamento le impidió participar. Luego, en Cali, tuvo su revancha: con 16 años se alzó como la más rápida en los 400 vallas. En 2016, con 17, quedó en el tercer lugar en el campeonato nacional estadounidense adulto, de los más competitivos a nivel internacional, lo que le dio la ocasión de competir en los Juegos de Río. Fue la participante de menor edad desde 1972 en la delegación atlética de su país. Llegó a semifinales, ganándole a profesionales estando ella solo en el colegio.
El ascenso ha sido rápido, pero le gusta estar con los pies en la tierra. A pesar de su temprano éxito, McLaughlin eligió terminar el colegio e ir a la universidad, en la que compartió entrenador con campeones mundiales.
Hoy, después de dos temporadas de esa decisión, ya es profesional y entrena en Los Ángeles bajo las órdenes de Joanna Hayes, ex campeona olímpica en 100 vallas. Si bien la estrella juvenil manifestó que solo quiere ir mejorando sus marcas, con su talento irá por el récord absoluto de su especialidad: si no es este año, será el próximo. Caerá en cualquier momento.