Hace unos años, el contingente nacional en la Bundesliga era tan numeroso como explosivo, pero paulatinamente aquello fue decreciendo, ya sea por transferencias (Jara, Díaz, Vargas y Vidal partieron) o por descensos (lo que le sucedió a Miiko Albornoz en el Hannover). Hoy, la única presencia chilena en la primera división alemana es Charles Aránguiz.
Pese a algunas versiones que indicaban supuestos intereses de otros elencos, lo concreto es que el seleccionado nacional, luego de una destacada labor en la Copa América, continúa en el Bayer Leverkusen.
El Príncipe, quien tiene contrato con el club farmacéutico hasta junio de 2020, se transformó en una pieza fundamental para el esquema del entrenador Peter Bosz. De hecho, en la temporada pasada fue el volante central dentro del esquema que usó generalmente el DT holandés: 4-3-3.
"Cuando Charles entra, el fútbol se vuelve más fácil. Y como él juega de una manera sencilla, entonces sus compañeros tienen más tiempo. Probablemente es el que más rápido piensa", dijo Bosz recientemente, en una entrevista con la revista Kicker. Aránguiz hizo su estreno oficial en la temporada en la victoria sobre Alemannia Aachen, por la Copa alemana, el pasado sábado.
En la liga de la temporada anterior, el Leverkusen finalizó cuarto, con lo cual jugará la Champions League, un foco de interés para cualquier futbolista. Para aquello, invirtieron hasta la fecha 61 millones de euros, siendo el tercer club alemán con más gasto. Lo superan el Borussia Dortmund (127,5 millones de euros) y el hegemónico Bayern Múnich (123 millones). El club de las Aspirinas ha podido mantener la base de su plantel. Retuvo a su carta más exportable, el talentoso Kai Havertz. Lo que no pudo evitar fue vender al delantero Julian Brandt al Dortmund, por 25 millones de la moneda europea.
La Meisterschale
El estreno del Leverkusen en la Bundesliga será mañana, recibiendo al Paderborn, uno de los tres ascendidos para este curso. En la previa, el cuadro de Aránguiz aparece como uno de los pocos que puede entrometerse, aunque sea un poco, en el camino del Bayern Múnich, el megacandidato a ganar, otra vez, la Meisterschale, el trofeo con forma de plato que recibe el ganador.
El gigante bávaro es heptacampeón del fútbol germano. Para mantener el título, ficharon a los dos laterales del campeón del mundo: Benjamín Pavard y Lucas Hernández. Eso sí, ya no están sus dos históricos extremos: Arjen Robben y Franck Ribéry. Parte la Bundesliga, uno de los campeonatos más predecibles dentro de las grandes ligas.