El histrionismo de Jorge Sampaoli se disipó apenas se consumó la eliminación de Argentina a manos de Francia. El sueño mundialista se terminaba y las críticas se volcarían de inmediato sobre él.
Fue un adiós doloroso para el casildense, apuntado desde el inicio por propios y extraños. Poco ayudó a torcer el destino con sus decisiones. Por ejemplo, alinear a Messi en el centro del ataque como falso nueve. La Pulga no encontraba respuestas ni socios en la cancha. Pavón y Di María, abiertos por los costados, no tenían una referencia en el área para centrar.
Sampaoli, vestido otra vez de buzo, reflejaba inquietud en todo momento. Daba instrucciones y se movía en su zona técnica. Eso, hasta que Griezmann marcaba de penal la apertura de la cuenta. Ahí comenzaba la tensión y la tortura para el técnico, que veía como se desmoronaba el frágil castillo táctico que dibujó en la previa.
Solo el empate de Di María relajó al casildense, que hasta ese momento, ya no daba indicaciones y se limitaba a observar. Cuando Argentina iba perdiendo, el rostro del técnico era el reflejo de lo que mostraba su equipo en la cancha. Plano, sin ideas ni soluciones. El gol del zurdo elevaba los ánimos. Sampaoli volvía a los aplausos y a dar ánimo. La tensión, sin embargo, solamente se tomaba una pausa.
Para el segundo tiempo, el casildense metía a Fazio, quien ingresaba para colaborar en la marca de Mbappé. Movida sin mayor éxito, pues el mismo delantero iba a sentenciar la serie.
El gol de Mercado lo vivió como si fuera el tanto del título. Duró poco, eso sí, el éxtasis pues el empate de Pavard los devolvía a la realidad. Francia tomaba el control del partido para no soltarlo nunca más. El sueño muncdialista llegaba a su fin de la peor manera para el técnico.
Tras el final, salió caminando con paso lento, cabizbajo. Dejó su zona técnica y se metió en el túnel, cerrando así, el capítulo más triste de su historial como entrenador. El sueño mundialista terminaba contra un equipo que fue superior y al que Sampaoli, no supo contrarrestar.
En conferencia de prensa se esperaba la autocrítica. O, tal vez, un anuncio que dictaminara su futuro. Sin embargo, no llegó. Incluso, el técnico se encargó de despejar las dudas: "La frustración pone a prueba el temple. Estoy donde quiero estar. No estoy ni evaluando dejar el cargo".
Lo que sí reconoció fue una de las críticas que más se le hizo en la Copa, la de no encontrar un esquema ideal para su equipo. "La necesidad fue más fuerte que la propuesta. Había una necesidad, una obligatoriedad por ganar. Eso nos hizo involucrarnos más con eso que con una idea de juego", dijo.
Para Sampaoli, su equipo buscó ganar el partido. Además, comentó que el triunfo francés se debió al mayor tiempo que Deschamps lleva al mando de Francia (desde julio de 2012) en comparación con cuánto lleva él de albiceleste.
¿Cómo califica la eliminación? "Para mí no es un fracaso, es una frustración. Intenté en cada entrenamiento que el equipo tuviera una idea. No creo que haya habido tantas diferencias entre Francia y Argentina. Ellos apostaron a la contra. Nosotros luchamos, fuimos, tuvimos chances".