La Universidad Católica se impuso por la cuenta mínima ante Huachipato en el sur, bajo un temporal y con una cancha inundada. El duelo marcó el fin de semana, en el inicio de la segunda rueda y ratificó a los cruzados, con la mitad de la competencia ya disputada, como los exclusivos líderes y dominadores del Torneo Nacional.

El cuadro de la precordillera saca cuentas alegres y va con todo por el bicampeonato (el segundo de su historia y el primero en campeonatos largos). Hay optimismo en San Carlos de Apoquindo. Y es que, además del sustento que les da el buen nivel exhibido, la historia también los avala, puesto que los seis puntos de ventaja que tienen sobre Colo Colo, de hecho, marcan la mayor distancia en la historia del certamen nacional entre un líder y un sublíder al finalizar la primera rueda de un campeonato (en este caso, por un cambio de calendario por la Copa América, fue el inicio de la segunda).

Además, en campeonatos anuales, desde que se empezaron a asignar tres puntos por victoria (1995), solamente en tres de ocho certámenes el campeón no fue el equipo que marchaba al tope de la tabla tras la primera mitad de la competencia (1995, 2001 y 2010). Todo a favor.

Sufrimiento en el fondo

La lucha que se está librando en la parte baja de la tabla es igual de apasionante. Pero más dramática. La Universidad de Chile igualó ante Palestino y está otra vez en zona de descenso, ocupando un lugar en esa parte de la tabla por segunda vez en su historia al finalizar la primera rueda de un torneo largo.

Antes, en el campeonato de 1990, era colista absoluto al término de la primera mitad, pero se salvó por apenas dos puntos sobre el final de la competencia.

Su actual 28,8% de rendimiento (13 unidades de 45 posibles), además, solo invita a la desazón y al pesimismo. Con esos números, habría perdido la categoría en 15 de los 22 descensos directos que se han experimentado desde 2008 hasta la actualidad.

La estadística del presente torneo, finalmente, es peor que la que registraban los laicos en el torneo de 1988, cuando finalmente cayeron a la Primera B. Ese año, los azules culminaron la primera mitad del torneo con un 40% de rendimiento y lo finalizó, considerando dos puntos por cada partido, con un 43,3%. Panorama azul oscuro, casi negro.