Si Gary Lineker, el histórico goleador inglés, volviera a cambiar su célebre frase ("el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania"), y la adaptara a la elección del Balón de Oro, sería algo así: "Es un premio que inventaron los franceses, en el que supuestamente están los mejores, pero que siempre lo gana Cristiano o Messi".

En las últimas 10 ediciones, pese a haber dos Mundiales y muchos candidatos, el principal galardón al que puede optar un futbolista ha sido reducido sólo a estos dos, que ni tan paradójicamente representan a los dos clubes más poderosos de este milenio: el Real Madrid y el Barcelona. Y que, curiosamente, son los principales embajadores de las dos marcas deportivas más influyentes del planeta. El dato habla por sí solo.

Con ambos fuera del Mundial desde octavos, lo lógico sería pensar en los jugadores descollantes de esta Copa que aún quedan con vida. Griezmann, Modric, Mbappé, Eden Hazard, Harry Kane o Lukaku son parte de esos llamados a ser votados por periodistas, seleccionadores y capitanes para ser acreedores de la pelota dorada. O a su versión FIFA (The Best). Cada uno, con su estilo y talento, ha conseguido aportar para que sus equipos llegaran hasta las semifinales de Rusia 2018.

Griezmann (27), tentado hasta poco antes del inicio del Mundial por el Barça, máximo goleador del Atlético Madrid campeón de la Europa League, con protagonismo determinante en semifinales y final; y el joven Mbappé (19), campeón de Francia con el PSG, son los realizadores galos. Han soportado el peso del favoritismo que muchos le cargaron a Francia con una facilidad de maduros. Con 3 goles cada uno y un despliegue físico que aturdió a Argentina y Uruguay, serán parte de los 30 candidatos al cetro. El primero, siendo tentado todo el año.

Lukaku (25), que no ha tenido una interesante campaña hasta ahora en el Manchester United, con 26 goles en los 45 partidos que ha disputado, ha hecho en Rusia los mismos goles que CR7 (4), transformándose en uno de los jugadores más necesarios en el esquema de su equipo. Sus acciones generan peligro con o sin balón, pues por su velocidad en las contras arrastra marcas sin problemas. Eden (27), el mayor de los Hazard, es otro de los referentes de la sorprendente Bélgica y también un candidato seguro, aunque con el Chelsea no ha conseguido brillar tanto como ha deseado.

El goleador de esta Copa, Harry Kane (24), con 6 tantos, corre con la ventaja de la efectividad. Su volumen para anotar en el Tottenham lo llevó a pelear por la bota de oro contra Messi y Salah. Aunque anotó 30 tantos, los 34 del argentino lo dejaron con el bronce. En el Mundial, ha llevado a Inglaterra a creer una vez más en sí misma, metiéndose en semifinales tras 28 años de duros fracasos. Su buena temporada en la Premier podría ayudarlo, aunque todo indica que sus días están contados en Inglaterra.

Modric (32), el más veterano entre todos los hipotéticos ganadores, podría también ser esta vez el mejor del mundo. Tiene a su favor algo importante, pues además de tener hasta ahora una correcta Copa, fue campeón de Champions con el Real Madrid.

Se podría escribir mucho respecto a estos seis candidatos, que cuentan a su favor con el camino despejado en la gran cita del año (la que teóricamente más computa) de los grandes favoritos (Messi, Cristiano y Neymar). Eso sí, en las dos últimas ocasiones el Mundial fue desatendido. En Sudáfrica, pese a que España se coronó campeona, el premio recayó en Messi, que se fue a casa eliminado por Alemania en cuartos. Aunque sí estuvieron en la terna Iniesta y Xavi (Forlán, elegido mejor jugador del Mundial, no estuvo entre los tres finalistas del Balón de Oro). En Brasil, pese a tener como campeón a Alemania, con la Argentina de Messi como vicecampeona (y Messi, elegido mejor jugador del Mundial) , fue Cristiano quien se hizo del trofeo. Neuer al menos se subió a la terna.

Fabio Cannavaro, en 2006, fue el último ganador del Mundial que se alzó con el Balón de Oro. El Fenómeno Ronaldo y Zinedine Zidane también pudieron celebrar dos veces en 2002 y 1998, respectivamente, con la Copa el Mundo y el Balón de Oro.

El lobby de las marcas, de Nike y Adidas, son el último factor que decide todo. En tiempos donde los millones de clicks en publicidad valen más que un Mundial, anunciar una candidatura alternativa parece un ejercicio vacuo. Neymar será sin dudas el gran perdedor, eliminado y relegado al bronce en ese podio de los mejores, no conseguirá este año sobresalir.

El Balón de Oro aún no tiene a sus candidatos (o sí), pero hay seis jugadores que tienen una semana para ilusionarse. Al menos para entrar en una terna que siempre ha tenido a dos invitados fijos (Cristiano y Messi) y a donde se ha subido con pinta de qudarse para unos cuantos años Neymar. El Mundial mide su peso con ellos.