La Champions y las Eliminatorias: el conflicto Rusia - Ucrania pone en jaque a la UEFA y la FIFA

Se desató el conflicto en Europa del Este, con la invasión de Rusia en Ucrania, la noticia que tiene en vilo al planeta. Sus implicancias van más allá de lo geopolítico. También alcanza al deporte y a eventos importantes que tienen a la Federación Rusa como su sede. Es el caso de la final de la Liga de Campeones, el torneo de clubes más relevante del mundo.

El desenlace de la actual edición de la Champions está programado para el sábado 28 de mayo, en el Estadio Krestovski de San Petersburgo, recinto que recibió el Mundial de 2018 y la Copa Confederaciones de 2017 (ahí jugó Chile la final ante Alemania). A raíz del ataque militar de los rusos en territorio ucraniano, la UEFA convocó para este viernes una reunión extraordinaria de su Comité Ejecutivo, con el objetivo de “evaluar la situación y tomar todas las decisiones necesarias”. En otras palabras, es probable que el ente liderado por el esloveno Aleksander Ceferin opte por un cambio de la sede. El martes, habían planteado que “la UEFA observa la situación en forma permanente y atenta. Por el momento no hay planes de cambiar el lugar del partido”. Pero con el conflicto abierto, el panorama es otro.

“Como organismo rector del fútbol europeo, la UEFA trabaja incansablemente para desarrollar y promover el fútbol de acuerdo con los valores comunes de Europa, como son la paz y el respeto a los derechos humanos... Mantenemos nuestra solidaridad con la comunidad futbolística ucraniana y estamos dispuestos a tender la mano al pueblo de Ucrania”, manifestó la confederación a través de un comunicado oficial.

No solo la sede de la final de la Liga de Campeones le genera un inconveniente a la UEFA. Lo es también el lazo comercial-publicitario que tiene con la principal compañía energética rusa, Gazprom, auspiciador de la Champions desde 2012, en calidad de socio premium. El año pasado, ambas partes sellaron un nuevo contrato por tres años, abarcando la Eurocopa y las finales de la Nations League 2021 y 2023. Según medios europeos, el vínculo entre la compañía rusa y la confederación europea de fútbol es de 40 millones de euros por temporada.

El que se movió rápido fue el Schalke 04, club alemán (hoy en la segunda categoría) auspiciado por Gazprom, que determinó retirar de su camiseta la publicidad de la gigante gasística.

La FIFA también tiene una encrucijada por el conflicto entre ambas naciones, principalmente de cara a las definiciones de las Eliminatorias Europeas, buscando los últimos cupos del continente para Qatar 2022. El problema radica con una llave en particular. Polonia, país limítrofe con Ucrania (y destino principal de los ciudadanos ucranianos que escapan de su país), debe enfrentar a Rusia, de visita, el próximo 24 de marzo. Se trata de un partido único.

Las federaciones de Polonia, Suecia y República Checa (las que completan el cuadro de la serie B de las clasificatorias) pidieron, en una carta conjunta a la FIFA, no jugar en territorio de la Federación Rusa los partidos que determinarán uno de los tres cupos restantes de Europa para el Mundial. Los firmantes de la carta dirigida a la secretaria general del ente rector del fútbol, la senegalesa Fatma Samoura, aseguran que no consideran viajar a Rusia para esos encuentros ya que “la escalada militar que estamos observando conlleva serias consecuencias y una seguridad considerablemente menor” para sus seleccionados y delegaciones oficiales.

En otra de las eliminatorias, Ucrania tendrá que visitar a Escocia y las dudas de la FIFA se hacen evidentes, considerando que el país de la ex Unión Soviética no tendrá fútbol durante mucho tiempo. Por razones obvias, se suspendió la liga local, por un tiempo indeterminado.