Como se ha vuelto costumbre desde el regreso de Universidad de Chile al Estadio Nacional, los hinchas azules agotaron las entradas. Esta vez no fue la excepción y 40 mil personas llegaron a Ñuñoa para acompañar a su equipo en el aplazado partido ante Cobresal. Un duelo clave para conseguir la quinta victoria consecutiva en igual número de encuentros y para quedar en solitario en la cima de la tabla. Sin embargo, no pudo aprovechar la oportunidad y debió conformarse con un intenso empate 2-2.
Por cuarto cotejo al hilo, Gustavo Álvarez repitió la formación, algo muy poco común en los últimos años en las huestes estudiantiles y una prueba de la confianza y de lo afinada que está esta oncena, que además llegó al pleito ante los mineros con apenas un gol en contra y con bastante contundencia para aprovechar las opciones creadas.
No pasaron ni dos minutos para que la U demostrara esta premisa. Una salida de Matías Zaldivia encontró a Israel Poblete libre por la izquierda. El maipucino sacó rápidamente el centro y Cristian Palacios anticipó a Diego Céspedes y abrió la cuenta con un potente remate dentro del área.
El tanto confundió a los dirigidos de Gustavo Huerta, que se presentaron con una realidad muy distinta a la del año pasado, cuando perdieron el título en la última fecha ante el Huachipato de Álvarez. Lo hacían como subcolistas y con muchas dudas de cara a su estreno en la Copa Libertadores. Pero cuando peor lo pasaban, una genialidad de César Munder les dio oxígeno a los nortinos: un potente zurdazo de distancia sorprendió a Gabriel Castellón y puso el 1-1 en el minuto 7.
La paridad les cortó la inspiración a los azules por varios minutos, pero poco a poco comenzaron a sacudirse del golpe, explotando las bandas, especialmente la del sector izquierdo, por donde transitaron Marcelo Morales y Leandro Fernández, tratando de ganar la espalda de Guillermo Pacheco. Mientras que la visita intentó aprovechar alguna pérdida de balón en la salida para contraatacar, aunque con poco éxito.
Al igual como lo hizo ante Copiapó, tras el entretiempo, El DT azul mandó a la cancha a Ignacio Tapia por Franco Calderón, quien había sido amonestado en la primera parte. La U, eso sí, no alteró su esquema, pues de todos modos llevaba peligro al arco rival.
Las emociones
La apuesta le dio resultados a los 52′, después de una jugada que inició Fernández, pasó por Marcelo Díaz y Palacios hasta cruzar a la banda derecha hacia los pies de Fabián Hormazábal, quien enganchó hacia adentro y clavó un zurdazo hacia el palo más alejado de Requena, desatando la alegría azul en el Nacional.
Sin embargo, otra vez la alegría les duraría poco a los estudiantiles. A los 58′, Emanuel Ojeda pifió en un despeje y el balón le quedó a Munder, quien aprovechó su velocidad para abrirse y definir cruzado ante la salida de Castellón. Un error garrafal de un jugador que todavía siente la poca costumbre de actuar como central. Además, el fallo obligó a cambiar el esquema al DT para ir en busca del desnivel.
Cuatro minutos después, Munder tuvo el tercero, después de sacarse a media defensa azul, pero increíblemente falló su remate cuando el meta local ya estaba entregado. Un par de minutos después, Morales le dio al vertical tras enganchar en el área.
La U intensificó la presión para buscar el gol del triunfo, pero con el correr de los minutos fue careciendo de claridad para definir en el área, mientras que los de Huerta pudieron ganar en el último suspiro, pero Franco Lobos no pudo conectar con claridad el desborde de Munder.
Al final, el cuadro laico lamentó un empate que de todos modos lo deja en la punta junto a Iquique, mientras que Cobresal sumó una unidad clave para enfrentar con confianza sus próximos desafíos nacionales e internacionales. Un premio para un equipo aguerrido y solidario en todo momento.