La cláusula de contrato que puede meter en nuevos líos con Colo Colo a Jordhy Thompson y Damián Pizarro
Daniel Morón, gerente deportivo albo, debe oficiar al directorio de Blanco y Negro respecto de los castigos administrativos que sugiera para ambos futbolistas, quienes fueron marginados del Superclásico por participar en un duelo aficionado que terminó en una pelea.
Jordhy Thompson y Damián Pizarro se perdieron el Superclásico. Gustavo Quinteros, el técnico de Colo Colo, les marginó del duelo frente a Universidad de Chile producto de su participación en un partido de futbolito que, para peor, terminó en una pelea que fue difundida a través de las redes sociales. El Cacique se quedó sin dos de sus jugadores titulares para un duelo crucial producto de una situación impropia de dos jugadores, aunque incipientes, profesionales.
El primer castigo está a la vista: la marginación de ambos jugadores de un partido que todos querrían jugar. Lo que aún no está claro es qué acciones posteriores tomará el club popular contra ambos futbolistas, considerando la infracción que cometieron, que no tardó en viralizarse a través de las redes sociales. Para peor, Pizarro sufrió una lesión en una de sus manos, que ayer le obligó a pasar por el quirófano y que, con seguridad, le obligará a ausentarse de prácticas o de partidos de los albos, dependiendo del período de recuperación que estimen los médicos.
En estudio
Después del partido disputado en el estadio Santa Laura, Daniel Morón, el gerente deportivo del Cacique, fue enfático en sus críticas a la conducta de ambos jugadores quienes, por sus condiciones futbolísticas, habían conseguido convencer a Quinteros de considerarlos como titulares. De hecho, el entrenador los tenía contemplados en esa condición antes de que estallara el escándalo, que en el caso de Thompson se suma a los que ha protagonizado con su pareja, que hasta le valieron una formalización por violencia intrafamiliar.
“Esto no es un jardín infantil en el que podamos estar en cada instante detrás de ellos. Es más, casi estamos así. Cuando termina el partido les habló yo, después el PF, el técnico, la gente del club, pidiéndoles que se cuiden, que manejen bien sus espacios privados. Esto es para relatarles que ya habíamos tenido una conversación”, declaró el arquero del equipo del Cacique que en 1991 obtuvo la Copa Libertadores de América, con evidente decepción. “El DT dijo que no debían estar y nos parece bien. Es una forma de mandar un mensaje, porque debe de haber chicos que hacen este tipo de cosas. Nosotros tenemos que tratar de llevarlos por el buen camino. En este caso, Damián está seleccionado, no sabemos las consecuencias para él. Orientarlo por el buen camino, en su vida privada, en su soledad, decirles el camino que tienen que buscar”, añadió, respaldando la sanción disciplinaria que adoptó el entrenador.
El rol de Morón lo pone frente a otra responsabilidad: definir las sanciones administrativas que pesarán sobre ambos jugadores. En ese contexto, el exguardameta tendrá que emitir un informe al directorio de Blanco y Negro en el que deberá especificar las sanciones que sugiere. Será la mesa que encabeza Alfredo Stöhwing la que, finalmente, determine el castigo. En Macul se da por descontado que habrá algún escarmiento adicional a la ausencia en el partido frente a la U.
¿Cómo se les puede castigar?
En general, los contratos de los futbolistas establecen prohibiciones que los deportistas deben cumplir en su condición de deportistas profesionales. En el Cacique admiten que, en ese sentido, el contrato que los une a sus jugadores es “genérico” y, por ende, “interpretativo”. Thompson y Pizarro tienen contratos profesionales con el club.
En ese escenario, basta remitirse al formato tipo que propone la ANFP para el registro de la relación laboral con los futbolistas para advertir que, efectivamente, hay conductas que forman parte del ámbito privado que están prohibidos por el peligro que representan. Para el caso, puntualmente, el título Séptimo del documento, que se refiere a las prohibiciones, alude expresamente a la participación en partidos ajenos a los que protagonice el club que actúa como empleador. “Al jugador le está prohibido incurrir en los actos y hechos que a continuación
se señalan y que constituyen infracción grave a las obligaciones del contrato”, introduce la disposición, que en su letra a) es clara: “Actuar en partidos de cualquier categoría por equipos ajenos a su Club, salvo autorización expresa y por escrito en que conste la autorización para ello”.
Hay otras consideraciones que pueden aplicarse, para mayor añadidura a la hora de determinar potenciales faltas de Thompson y Pizarro. Lo que no está determinado, al menos en este formato, son las sanciones, lo que sí está contemplado en los convenios privados que sostienen los clubes con sus jugadores. En esos documentos, la descripción de las prohibiciones suele ser mucho más específica. En clubes consultados por El Deportivo se explicó que hay cláusulas que prohíben expresamente la práctica del ciclismo en ruta, el esquí o cualquier disciplina deportiva que implique un riesgo físico para el jugador. “Uno se cubre de cualquier actividad que pueda poner en riesgo la integridad del futbolista, que es un patrimonio económico del club”, explica un timonel. “Las sanciones, en general, son multas, pero eso depende de lo que diga el contrato”, sostiene.
En el caso de los partidos amistosos o de los eventos a beneficio, los clubes suelen actuar con mayor especificidad. En la mayoría de los casos se establece que la presencia de los futbolistas solo se autoriza para que se tomen fotos con los hinchas.
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