Cuando Francisco Gilabert pitó el final del partido entre Huachipato y Copiapó el 26 de enero de este año, que determinó la que el cuadro del acero continuara en Primera y, de la misma forma, los nortinos permanecieron en el Ascenso, en las oficinas de la ANFP respiraron aliviados: había sido el fin de una larga pesadilla donde, luego de una serie de rocambolescas maniobras reglamentarias, lograron que el cuadro de Victoriano Cerda se salvara de descender, algo que correspondía por su malísima campaña en el torneo 2021.

Casi dos meses más tarde en Quilín se enteraron, y si no saben yo les cuento, que el bochornoso partido jugado en el CAP, definido por un penal aún más bochornoso, está lejos de haber escrito su última página: los abogados Javier Velozo Alcaide y Pablo Pardo Murillo presentaron este viernes 18 de marzo ante el Tribunal de la libre competencia y una medida prejudicial en representación del Club de Deportes Copiapó S.A. en contra de la Asociación de Fútbol Profesional de Chile, acusando a esta última de “ejecutar conductas que distorsionaron la libre competencia y que causaron un grave daño anticompetitivo a Deportes Copiapó y los consumidores”.

En un escrito de 26 folios, los abogados Velozo y Murillo detallan todas las conductas que, según ellos, perjudicaron a Copiapó. El texto es largo y sólo detallo algunas para que se entienda el fondo del asunto: suspender “de facto” la liguilla de promoción, utilizando un argumento ficticio pues “dicha eventualidad fue ‘fabricada’ por la misma ANFP”; que en su ejecución intervinieron clubes competidores de Deportes Copiapó (Huachipato y Curicó); que los clubes que pidieron la sanción contra Melipilla que derivó en la suspensión de la promoción “suelen actuar en bloque al interior de la Asociación”; que la suspensión no invocó “causa alguna contemplada en los estatutos o en el reglamento de la Asociación, ni en las bases de los campeonatos que fundamenten tal decisión”.

En el escrito también se preguntas por las versiones encontradas desde la ANFP y los clubes de Primera involucrados para explicar el origen de la suspensión. Señalando, por ejemplo, al Tribunal de Arbitraje Deportivo TAD como origen, luego el dueño de Huachipato, Victoriano Cerda, dijo que había sido una orden del Tribunal de Penas, (siendo esto desmentido por el presidente de dicha entidad, Exequiel Segall) y finalmente fue decidido en una reunión “extraordinaria” del directorio de la ANFP.

El texto es largo y contiene una cronología detallada de las contradicciones, opacidades, medidas sin respaldo reglamentario o directamente arbitrarias que determinaron que la llave de definición entre Curicó y Copiapó que debía jugarse a mediados de diciembre, terminara disputándose en mes más tarde con un equipo distinto, Huachipato.

Los jugadores de Huachipato celebran uno de sus goles frente a Copiapó. FOTO: Agencia Uno.

Al Tribunal de la libre competencia se le pide que le exija a la ANFP una serie de documentos donde se acreditaría que todo lo obrado en Quilín en relación a la suspensión de la promoción fue manipulada con el único fin de mantener a Huachipato en Primera. Cosa que lograron. Y como ir a la justicia ordinaria es largo, penoso y poco rentable, los abogados de Copiapó van a TLC no para exigir un cupo en primera, sino que se les paguen todos los dineros que dejaron de percibir. Recuerdan en el escrito, también, que la ANFP ya fue sancionada por el mismo tribunal por conductas anticompetitivas. Es decir, tiene antecedentes.

Ahora, si lo anterior le pareció engorroso, muy técnico o incluso aburrido: atentos la próxima semana que van a saberse nuevos datos con respecto al penal que Gilabert le cobró a Copiapó por una supuesta falta sobre Mazzanti. Todo se puede resumir en una frase que desde el VAR le dicen al Gilabert cuando está decidiendo el cobro: “mira la camiseta”.

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