Encerrado como otros veinte mil chilenos por culpa del Covid y con malas noticias para nuestro fútbol en la cancha, goleados Colo Colo y la UC, saqueada Unión La Calera en Brasil, pude hacer una columna que eludiera el bulto, 100% pelota, pasar de largo y descansar. Pero, y en vista que estoy directamente involucrado en el baile, tengo que señalar unas cuantas cosas a partir del fallo del Tribunal de Disciplina sobre el caso de los árbitros el martes 17 de mayo y el informe del oficial de cumplimiento de la ANFP, que consta de 217 páginas y está en mi poder.

a) El Tribunal de Disciplina de manera contundente y reiterada acreditó la intervención antirreglamentaria del VAR por parte del Quality Manager en el partido entre Huachipato y Copiapó el 26 de enero en Las Higueras. Cito: “Se encuentra acreditada que durante la revisión de la jugada el señor Vargas interfirió en la labor de Cristián Droguett” (p.17 TD); “Se debe concluir que don Mario Vargas tiene la intención de participar en la toma de decisión” y califica al actuar de “negligente” y “contra lo establecido en para sus funciones” (p.18 TD); “No tiene duda (el tribunal) que don Mario Vargas incumplió el protocolo de funcionamiento del VAR dado por la IFAB y que haber dado una opinión no le estaba permitido” (p.20); Califica de “Un severo incumplimiento de sus deberes de cargo y de no haber cumplido a cabalidad las exigencias dadas a las labores de QM” (p.20 TD)

b) Que según consta en el informe elaborado por Miguel Ángel Valdés, oficial de cumplimiento de la ANFP, la vulneración del protocolo VAR tuvo cuatro denuncias: 3 de febrero (anónima), 18 de febrero (Conmebol), 24 de febrero (anónima) y 28 de marzo (Luis Galdames, presidente de Copiapó). Es decir, sabido que el protocolo VAR había sido violado desde comienzos de febrero, la comisión de árbitros encabezada por Javier Castrilli jamás la investigó, ni se interesó en hacerlo como era su deber, tomando en cuenta de que no hay antecedentes a nivel mundial de un acto de esa naturaleza.

c) Que Mario Vargas, como consta tanto en la investigación de Valdés y en el fallo del Tribunal de Disciplina, cambió cinco veces su versión de los hechos (p.147 y 148 del informe Valdés):

23 de marzo, revista digital Tribuna Andes: “No me acuerdo” (…) “Yo no dije nada”; 29 de marzo a Miguel Ángel Valdés “En ningún momento hubo comunicación de mi parte”; 30 de marzo “En ningún momento hubo comunicación de mi parte a la cabina para indicarles nada del procedimiento adoptado, salvo cuando le mencioné al VAR que revisara bien los ángulos”; 11 de abril, careado con Cristián Droguett “Durante el partido efectivamente me comuniqué con el VAR y le comenté que se acordara de la jugada de Católica” (…) “Respecto a la frase ‘para Santiago es penal` (…) fueron directrices dadas por la comisión arbitral”; 10 de mayo ante el TD “Tiene conciencia que en el protocolo FIFA y CONMEBOL para la actuación del QM se consigna que no pueden participar en ninguna toma de decisión (…) pero un experto norteamericano que vino a Chile, cuyo nombre no recuerda, recomendó que en situaciones puntuales y casi extremas podían intervenir” (p.9). El Tribunal de Disciplina, luego de investigar, concluye con respecto al ‘experto norteamericano’ alegado por Vargas “No existe referencia alguna a lo que habría dicho la persona, cuyo nombre no consta en los antecedentes” (p.18 TD).

d) Que el informe de Miguel Ángel Valdés desechó la intervención del VAR por parte de Mario Vargas al incurrir en un grave error: utilizó como referencia el manual técnico de Mediapro (p 108-120 IV), que es una empresa que presta el soporte técnico al VAR en Chile y no el protocolo VAR de la FIFA o el de la Conmebol donde se prohíbe expresamente que el QM intervenga en los cobros tal como hizo Mario Vargas en el minuto 69 del duelo entre Huachipato y Copiapó. La interpretación de Valdés fue que, como el manual técnico de Mediapro no prohibía QM interferir en los cobros, por lo tanto, no era antirreglamentario. Bajo este criterio, si un niño de 10 años maneja un camión Volvo de 20 toneladas, hay que ver el manual técnico de camión y no la ley del Tránsito para determinar si es ilegal el hecho.

e) Que la actuación de Mario Vargas sí interfirió en el normal funcionamiento del VAR en una jugada decisiva tal como señala Cristián Droguett en su declaración ante el TD: “El comentario me causó desconcierto, desconcentración y, en definitiva, fue un obstáculo que dificultó la labor como árbitro de videoasistencia” (p.6 TD)

f) El Informe del oficial de cumplimiento descartó de plano una llamada desde Santiago al VAR en el minuto 69 del partido, y yo estimo que no lo hubo, pero la herramienta para pesquisar esto era del todo inadecuada ya que, como señala la misma investigación, “Según la declaración de Javier Castrilli este señala haber realizado posterior al partido un llamado a Francisco Gilabert, pero esta llamada no se encuentra dentro del historial entregado”. Y luego admite: “Es importante mencionar que, no es posible obtener la evidencia de las llamadas realizadas mediante WhatsApp de las personas involucradas, o si estas pudieron haber estado comunicadas a través de otro número telefónico”. Es decir, concluyo que no hubo llamada al VAR, pero reconozco que hay llamadas que no están registradas y otras que son imposibles de rastrear.

g) En la página 183 de la investigación del oficial de cumplimiento, se detalla una conversación entre Francisco Gilabert y Felipe Jerez que considero una arista muy importante y gravísima del caso:

Jerez: ¿Te llamaron del “más allá”?

Gilabert: “Sí amigo”

Luego Jerez contextualiza: “Esto porque desde que llegó esta Comisión se sabía o existían llamados del ‘más allá`, que en realidad había una comunicación con la cabina VAR, siendo que esto se encuentra prohibido. Ya se hablaba, ya lo había escuchado en varios eventos de distintos personajes”.

¿Por qué no se investigó esto? ¿Hubo más partidos donde el VAR fue intervenido? ¿Sabía Castrilli del término ‘más allá` como eufemismo para la intervención del VAR parte de terceros? Se puede creer o no creer a Jerez, pero lo que no se puede hacer es no investigar. Y no se investigó ni se tuvo intención de hacerlo.

En mi columna del 18 de abril en este mismo diario asumí toda mi responsabilidad por no haber sido más crítico con la intencionalidad de la filtración de los audios de Francisco Gilabert. Las investigaciones del oficial de cumplimiento de la ANFP y del Tribunal de Disciplina de la ANFP han determinado que los audios son reales, no fueron alterados, ni editados ni recortados de ninguna manera y corresponden a la noche del 26 enero. Ya está acreditado, y castigado, que Felipe Jerez fue desleal con Francisco Gilabert y quería causar el descrédito de la comisión arbitral encabezada por Javier Castrilli. Lo mismo Cristián Droguett. Ambos sancionados. Pero eso es sólo una parte, porque, como expuse con pruebas claras en este texto, hubo una intervención del VAR por parte de Mario Vargas en el duelo de Huachipato y Copiapó el 26 enero por la promoción y por algo el Tribunal de Disciplina le dio 30 partidos de castigo. Esto, no ha sido investigado por la comisión de árbitros como corresponde a su gravedad tal como señala el voto de minoría en el fallo del Tribunal de Disciplina (p.20 TD). Javier Castrilli, que habló dos horas en la cámara de diputados y ha dado varias entrevistas esta semana, no se ha referido una sola vez al hecho ¿Por qué? ¿Es lo normal? ¿No le parece grave que el QM se meta en los cobros? ¿Existe el escandaloso “llamado del más allá”? ¿Es una práctica habitual? Yo asumí mi parte, ahora les toca a otros asumir la suya: El VAR fue intervenido, y parece que no ha sido la única vez.

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