La columna de Guarello: No nos perdamos
"Nos podemos quedar con la casa de remolienda, mi falta de tranquilidad o el escándalo posterior, pero no nos olvidemos de lo esencial: la evaluación de un trabajo que implica todos los estamentos de la selección chilena. Y ahí Francis Cagigao tiene muy poco para exhibir".
Nos podemos quedar con la pelea, el mal momento radial, mi descontrol, el chusmerío de las redes sociales… es decir, la cáscara. Pero acá lo importante es el fondo de la discusión más allá de las formas. Y un director deportivo de selecciones, en este caso Francis Cagigao, puede salir a replicar una serie de columnas publicadas en este diario, pero no puede alterar la realidad. Como dato inicial, señalo que cuando él llegó a tomar las riendas de las selecciones, Chile estaba 17º en el ranking FIFA y hoy está 29º, es decir, bajó doce puestos en un año y medio. Cuesta abajo.
Tampoco me quedaré en pequeñeces, mentirillas, pero es bueno aclararlas. Cito textual a Cagigao: “Es falso que Ben Brereton lo tenía listo el técnico anterior (Reinaldo Rueda), para jugar”. Cuando la propia madre de Brereton, Andrea Díaz, señaló en entrevista con TNT Sports el 16 de junio del 2021 lo siguiente: “Todo comenzó en diciembre (2020), el señor Rueda nos contactó y apenas llegó la posibilidad de jugar para Chile, dijo que sí altiro”. Detalle relevante: Cagigao dijo en ADN que Brereton ya era elegible para los partidos con Perú, el 13 de noviembre de 2020, y Venezuela, el 17 de noviembre de 2020. Resulta que la madre del jugador es muy clara: lo llamaron un mes más tarde. No calza. Como tampoco calza negar su despido de Ian Mac Niven admitido por el propio ex gerente, decir que no había técnico para ir a Toulon (¿Hernán Caputto está dibujado en Juan Pinto Durán?) o desmentir que el empresario Cristián Ogalde lo trajo a Chile, cuando fue el hoy dueño de Magallanes y manejador de Claudio Bravo quien lo recomendó fervorosamente a Pablo Milad. Cosa que me reconoció el propio Ogalde cara a cara. Menos, que diga al aire que “Chile no mejoró ni empeoró” en la eliminatoria desde que él llegó a hacerse cargo. Cuando echan a Rueda, cuarta fecha, la Roja era sexta en la tabla y terminó en el séptimo lugar. Bajar un puesto es empeorar que yo sepa.
Las anteriores son menudencias que nos dan una noción, pero no van al centro del tema. Preocupantes son sus declaraciones zigzagueantes y contradictorias sobre la indisciplina en la selección durante la Copa América 2021. El famoso incidente del peluquero. El día después del incidente, Cagigao dice: “Si la gente quiere inventar no es cosa mía”. El 11 de abril del 2022, en Espn, Martín Lasarte admite la indisciplina. En Radio ADN Cagigao dice que sí la hubo, luego que no hubo mujeres, después que Lasarte quiso renunciar (parece que cortaron mal el pelo) y finalmente, contra la pared, dispara: “Lo que Martín diga es cosa de él”.
También es muy endeble su posición ante las ausencias de Ben Brereton y Francisco Sierralta para la triple fecha eliminatoria de septiembre del 2021 (Brasil en Santiago, Ecuador en Quito y Colombia en Barranquilla). Dijo que no era su “obligación” traerlos y que los jugadores incurrían en una ilegalidad en venir, que debían pagar una multa si lo hubieran hecho, cosa que les ocurrió a los argentinos y colombianos que sí vinieron desde la Premier. Pues bien, al ser una fecha FIFA, cualquier multa se pudo apelar a la propia FIFA, porque el reglamento amparaba la posición chilena. Es decir, se pagaba la multa y después la FIFA obligaba a devolverle la plata a la ANFP ¿No hubiera sido desequilibrante Brereton en Quito, cuando Chile jugó todo un tiempo con un hombre más y no tuvo capacidad ofensiva? La pregunta se responde sola.
Pero vamos a un punto aún más grave, porque incurre en una falsedad que no puede ser obviada. Francis Cagigao dijo en la escabechina en radio ADN que cuando llegó a Juan Pinto Durán (Minuto 45:07 en adelante), que “no había información testimonial de ningún futbolista chileno (…) ni de ligas locales ni de ligas extranjeras”. Esto no puede ser aceptado: Cristián Leiva y Ricardo García, quien había sido reclutado para la selección por Sebastián Beccacece, tenían un servidor, sí, un servidor, con todos los datos imaginables de los jugadores seleccionables en todas las categorías desde el 2012 en adelante divididos en tres niveles: Clase A, Segunda Categoría y Tercera Categoría. El servidor estaba operativo en las terminales en Pinto Durán al salir Rueda y Cagigao recibió las claves cuando llegó.
Ahora me remito a una publicación de la página web de la ANFP, firmada por Waleska Fuchslocher: “La Roja Sub 17 usa tecnología de punta al igual que la adulta”, del 30 de septiembre del 2018. Acá se matan dos falsedades de Cagigao de un tiro: La falta de base de datos de jugadores y la carencia de GPS para trabajar, esto último, también lo dijo en radio ADN (minuto 45:25). Cito la nota: “Así que al igual que la Selección adulta, los muchachos de la Sub 17 fueron evaluados con el sistema conjunto de GPS satelital, control de variabilidad, frecuencia cardiaca y Smart Speed”.
Hay mucho más, pero me quise circunscribir a los puntos más importantes. Insisto, nos podemos quedar con la casa de remolienda, mi falta de tranquilidad o el escándalo posterior, pero no nos olvidemos de lo esencial: la evaluación de un trabajo que implica todos los estamentos de la selección chilena. Y ahí Francis Cagigao tiene muy poco para exhibir y por lo mismo lo disfraza en un ataque personal contra la prensa. Finalmente, si quiere debatir lo anterior, lo invitó a mi programa en Directv, mano a mano, sin terceros ni sorpresas, cada uno con sus datos. Le concedo todos los minutos que quiera.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.