La columna de Guarello: Roggiero y el afrecho
"Aclaremos, la culpa no es de Roggiero, es de quienes le dan el afrecho (Aubert & Clark, los mudos invisibles). La culpa también es de la prensa, hubo cuatro meses para investigar bien al personaje entre que fue anunciado y llegó al equipo".
Tienen razón en Azul Azul, para escuchar lo que el gerente técnico Luis Roggiero tenía que decir el miércoles pasado, tras el colapso futbolístico del equipo contra Colo Colo, mejor continuar con la política del silencio, el esquivar responsabilidades, el dejar que las cosas se olviden y, la mejor, que los problemas se solucionan solos.
No hay que ser experto en fútbol, ni siquiera medianamente instruido, para saber que Universidad de Chile armó mal su plantel. Que, si bien tiene refuerzos importantes en ofensiva, en defensa trajeron cualquier cosa de la mano de Fernando Felicevich, o no trajeron nada. En suma: la U tiene tres centrales y tres laterales en total. De los centrales, uno llevaba un año sin jugar (José María Carrasco), otro descendió en la cancha el 2021 (Ignacio Tapia) y el tercero es un juvenil mandado de cabeza al sacrificio (Bastián Tapia). De los laterales uno no juega bien desde que salió de Unión Calera (Yonathan Andía), el segundo es un prospecto más verde que sandía en noviembre (Marcelo Morales) y el último, alero derecho convertido en lateral por Santiago Escobar en lo que parece más un manotazo de ahogado que una decisión técnica (Simón Pitu Contreras).
Pero Roggiero asegura que la U padece un “Problema de funcionamiento”. Es decir, vende el pescado podrido de que con “ajustes tácticos”, la defensa de la U, la más goleada y que recibe más tiros al arco en el campeonato, se convertirá en una línea sólida y segura. En una palabra: Verso. Lo contrario sería que Roggiero se engaña a sí mismo. En ambos casos queda mal.
Pero los problemas no terminan ahí. Universidad de Chile tenía tres volantes centrales: Gonzalo Espinoza, Sebastián Galani y Camilo Moya. Anduvieron mal el torneo pasado y el que peor jugó fue Moya ¿Cuál fue la decisión técnica? Dejar a Moya y echar a Galani y Espinoza ¿Quiénes los reemplazaron? Felipe Seymour, que venía de ser suplente en tres equipos consecutivos, que tiene 34 años y que tuvieron que inventarle un “nuevo representante” para que no fuera tan grosera su relación con Fefe. El otro, el uruguayo Álvaro Brun, también de 34 años, duro, chuletero, animoso, pero muy lento, sin historia en equipos grandes y ya en la parte final de su carrera. Leo Gil nunca estuvo tan cómodo para recibir, levantar la cabeza, tomar una decisión y meter una asistencia, como el domingo en el Monumental. Sumemos a Israel Poblete, volante ofensivo de buena técnica y escasa fortaleza que el pobre de Escobar intentó convertir en doble “seis” y naufragó como el Itata en Punta de Choros. También intentó meter al repatriado Luis Felipe Gallegos para marcar por el medio: OHiggins, con un hombre menos, metió todas las habilitaciones que quiso cuando estuvo en esa posición.
¿Qué dijo Roggiero al respecto?: “Hicimos una elección adecuada de jugadores, para consolidar un plantel necesitamos un período (…) será cuestión de tiempo conseguir un equipo que sea competitivo y consistente fecha a fecha”. Seis defensores y dos volantes centrales veteranos son para el ecuatoriano una “elección adecuada”. Lo cierto es que de siete partidos jugados este 2022, incluidos los de pretemporada, la U perdió cinco. Y uno de los que ganó, Antofagasta, mereció perderlo aunque el rival jugó gran parte del encuentro con un hombre menos.
Aclaremos, la culpa no es de Roggiero, es de quienes le dan el afrecho (Aubert & Clark, los mudos invisibles). La culpa también es de la prensa, hubo cuatro meses para investigar bien al personaje entre que fue anunciado y llegó al equipo. No era tan difícil, el presidente de Independiente del Valle, Michel Deller, en una entrevista lo había calificado como un “apasionado del fútbol, aunque sabe más matemáticas, je (sic). Su rol es ayudarnos con la información (…) el fútbol se lo dejamos a los que saben”. www.espn.cl 20 de julio de 2016. Mal nosotros, bastaba con ir a Google.
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