Apenas se conoció el sorteo de las Qualifiers para las Finales de la Copa Davis, el capitán Nicolás Massú comenzó la planificación para enfrentar a Perú como local, el 3 y 4 de febrero. De inmediato, la intención del doble campeón olímpico fue ver la posibilidad de jugar en cemento y en el Court Central del Estadio Nacional, aprovechando la buena adaptación de los tenistas nacionales a la superficie y que vendrán de jugar el Abierto de Australia.

Pero los deseos del viñamarino chocan con los tiempos. Son varios los plazos que atentan contra este objetivo. En primer lugar, la Corporación Santiago 2023 tiene que entregar el recinto el 26 de enero. Las fechas no son antojadizas, debido a que la entidad tiene 60 días tras el término de los Panamericanos y Parapanamericanos para desmontar y reparar las dependencias utilizadas. Mientras esto suceda no se puede realizar ninguna obra, como supondría una intervención de esta magnitud. De este modo, por ahora, la única opción de jugar en Ñuñoa sería haciéndolo en arcilla. Aunque la idea de la Fetech es revertir esto.

En el caso particular del Court Central, el problema radica en que armar una cancha de cemento sobre el polvo de ladrillo que actualmente se encuentra ahí tarda entre un mes y un mes y medio. Asimismo, las consecuencias posteriores también son una materia de preocupación entre las autoridades. De hecho, hay dos ejemplos latentes. Uno de ellos es el de la recordada serie de Copa Davis entre Chile e Italia en 2011 y el otro, la exhibición entre Rafael Nadal y Alejandro Tabilo el año pasado en San Carlos de Apoquindo.

Tras la serie ante el equipo de Fabio Fognini y compañía, la superficie nunca se recuperó, lo que trajo lamentables consecuencias para los años posteriores. Por ejemplo, en 2016 para el choque ante República Dominicana, la pista debió cerrarse por unos días para intentar dejarla en condiciones aceptables. “Era esperable y le explico por qué: abajo hay una cancha de asfalto y es muy difícil que el polvo de ladrillo, que es arcilla, se compacte bien”, decía en esa época Giorgio Raineri, encargado de organizar aquella Copa Davis.

En tanto, el caso de la exhibición de Nadal y Tabilo generó un gran perjuicio a la cancha de arcilla de San Carlos de Apoquindo y principalmente al Chile, que se organizó tres meses después y no alcanzó a recuperar la arcilla, desatando la molestia de los jugadores. Fue tan complejo el asunto que la organización del torneo junto con el Club Deportivo Universidad Católica debieron reconstruir el court central, que a partir de este viernes llevará el nombre de Jaime Fillol.

Las conversaciones

Tras la reconstrucción de la cancha del Nacional para los Panamericanos y Parapanamericanos, también se puso en marcha un moderno sistema de drenaje, que ante la instalación de una cancha de cemento se podría ver seriamente afectado, por lo que tampoco resulta recomendable embarcarse en una empresa de esa envergadura. Sobre esta situación, desde el Instituto Nacional de Deportes prefirieron no entregar declaraciones.

El plazo corre y la Federación de Tenis con el IND deberá llegar a una solución rápida, pensando en que los tiempos apremian. Por ahora, el Court Central con cancha de cemento no es algo concreto, por lo que también barajan alternativas para cumplir con el deseo del capitán. Eso sí, desde Cerro Colorado confían en poder llegar a un acuerdo.

En caso contrario, las opciones son acotadas y se deben considerar las exigencias propias que implica organizar una serie de Copa Davis. Sin embargo, Rancagua asoma como el plan B en caso de que finalmente las autoridades no le den vía libre al Estadio Nacional.

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