Carlos Caszely celebró como cualquier hincha la revitalizadora victoria de Chile sobre Paraguay. El exdelantero, quien en su época de futbolista escribió notables páginas con la Roja, ahora está igual de inquieto que el más anónimo de los aficionados por la incierta posibilidad de clasificar al Mundial de Qatar. Sin embargo, como los fanáticos, disfrutó del triunfo sobre los guaraníes casi como si se tratara de un desahogo.
“Hacía falta ganar”, dice en el inicio de su diálogo con El Deportivo. Después, el Rey del Metro Cuadrado se enfocará en un nombre: Ben Brereton. El delantero del Blackburn Rovers terminó de sellar su romance con los seguidores de la Selección con el gol que le anotó a la escuadra de Eduardo Berizzo. Caszely es uno más de los que le muestra su aprecio y le dedica elogios, aunque mucho más controlados que los que se han tomado las últimas jornadas en todas las plataformas virtuales.
La opinión del ex delantero de Colo Colo es fundamentada. “Desde el primero momento que supe que vendría, hablé con unos amigos ingleses para pedirles algunas referencias, para saber cómo era. Me dijeron que era dúctil y simple para jugar. Lo ha ratificado con el transcurso de los partidos. Incluso ayer se vio algo de eso, cuando Chile empezó a meter pelotazos y generalmente estuvo bien ubicado para ir a buscarlos”, analiza.
Un liderazgo condicional
La evaluación del Chino se remite a lo que observa en el campo de juego. Es ahí cuando surge una comparación concluyente respecto del despliegue que el atacante del Blackburn Rovers ofrece en cada encuentro que disputa por la Selección. “Transmite lo mismo que Arturo Vidal. Corre, lucha, va a las puntas, no da balones por perdidos. Entrega mucha energía. Eso es positivo, porque se contagia a los compañeros”, dice respecto de las cualidades que también seducen a los aficionados, quienes lo transformaron en uno de los jugadores más aplaudidos este domingo en San Carlos de Apoquindo.
Sin embargo, el goleador histórico de Colo Colo es más cauteloso a la hora de referirse a la influencia que pueda ejercer como eventual líder de la generación que deberá constituir el relevo de un grupo que, paulatinamente, empieza a dejar atrás sus jornadas más gloriosas. “Se ve que es un buen cabro, pero mientras no aprenda a hablar español ni asuma la idiosincrasia del chileno no será un gran referente fuera de la cancha. Acá somos demasiado mediáticos y queda demostrado hoy, pero falta para que Ben Brereton sea un Bravo, un Medel, un Vidal o un Alexis, por citar a los principales jugadores de la Generación Dorada”, apunta.