Arturo Vidal fue la figura de Chile. Por despliegue y por presencia. Pero terminó siendo protagonista del final del partido por otra circunstancia. El volante del Inter de Milán fue derribado por Casemiro dentro del área. La Roja reclamó el penal, pero el juez Diego Haro ni siquiera se tomó el trabajo de consultar el VAR. El estadio Monumental explotó y los jugadores de la Selección se fueron encima del árbitro peruano. Nada cambió y Brasil terminó ganando.
El Rey se fue masticando la rabia, pero también intentando mantener la cordura. Sabía que una declaración demasiado polémica podía meterlo en más problemas. Por eso, prefirió la mesura. “Es triste perder así. No aprovechamos las oportunidades que tuvimos y ellos sí. Si les das una, la aprovechan. Nos vamos tristes”, planteó el mediocampista, intentando, inicialmente, llevar el análisis a lo futbolístico.
“Después me multan”
Sin embargo, resultaría ineludible referirse al arbitraje de Haro. “Me pega, cómo la gente no se va a molestar”, dice respecto de la infracción del volante del Real Madrid, en una queja que también abarca al videoarbitraje, que está para resolver este tipo de situaciones. “¿El VAR para qué está? No entiendo. Después a uno lo castigan lo multan, pero así estamos”, disparó.
Igualmente, reforzó la idea de no referirse a la actuación referil. “No quiero hablar de eso. Me sacan palabras y después me castigan, o a la Selección. Ya pasó. Ahora, a recuperarse. No queda otra. A prepararse bien para el partido frente a Ecuador”, se resignó.