Inglaterra es, en apariencia, un candidato de fierro para la Euro 2024. Desembarcó en Alemania con una pesada mochila sobre el lomo: consagrar a una de sus generaciones de jugadores más brillantes con un trofeo. De todas las potencias del Viejo Continente, el elenco británico es el único que nunca ha ganado la Eurocopa, aunque cueste creerlo toda vez que es la tierra donde emergió el fútbol y sí supo alcanzar un título del mundo (en 1966). En ese sentido, la atención que despierta el elenco de Gareth Southgate es mucha mayor.

En Gelsenkirchen, la casa del Schalke 04, el estreno fue con una victoria de 1-0 sobre Serbia, por el grupo C. Lo más destacado fue el resultado, porque lo exhibido en la cancha estuvo muy lejos de convencer. Rozó la decepción.

Viendo que otros pesos pesados debutaron ganando (Alemania, España, Italia y Países Bajos, aguardando por Francia y Portugal), el elenco de los Tres Leones no podía fallar. Su estatus de selección top radica, entre otros factores, en que es el equipo más valorizado de la Euro 2024, con un plantel avaluado en 1.520 millones de euros. Aquello tenía que traducirlo en la cancha, ante una Serbia que hizo su estreno en el certamen como nación independiente y mandó un nominal doble 9 desde el arranque: Vlahovic y Mitrovic.

Inglaterra fue de más a menos durante el encuentro, hasta finalizar dejando dudas. Comenzó dominando el balón, con la iniciativa en sus hombros. El panorama se le asomaba tranquilizador al abrir la cuenta temprano. En los 13 minutos, Jude Bellingham arremete por el centro con un cabezazo tras envío de Bukayo Saka, que tiene un desvío en la trayectoria, para el 1-0. El jugador del Real Madrid se metió en posición de centrodelantero para dar con el tanto de la apertura.

Southgate dispuso de su elenco estelar. De mitad de campo hacia adelante contó con Saka, Bellingham, Phil Foden y Harry Kane. Además, con Alexander-Arnold (el lateral del Liverpool es mediocampista central para el DT nacional) y Declan Rice en el centro de la cancha. Buen pie por todos lados. Si bien se dio un dominio sostenido y los ataques eran explosivos, con espacio para atacar, los rendimientos no eran homogéneos. Bellingham era el más claro, además de un Saka punzante por la derecha, siendo el abrelatas. Por contraparte, Foden no entraba en sintonía del partido, cargado por la izquierda, y Kane tampoco era asistido.

Hacia el complemento, los ingleses sufrieron en demasía. Ya sea porque Serbia reaccionó y por las propias actitudes del equipo, los británicos decayeron. Cedieron iniciativa. Se pareció a lo que le sucedió a Italia ante Albania, el sábado, con dos periodos muy distintos. Los balcánicos se dieron cuenta de que podían inquietar a Inglaterra y, paulatinamente, se fueron animando. El técnico Dragan Stojkovic hizo ingresar a Tadic y Jovic, para refrescar la ofensiva. Por su lado, Southgate no atinaba a hacer modificaciones para retomar el manejo de las acciones. Se demoró en los cambios.

La chance más clara de los ingleses fue en los 77′, con un cabezazo de Kane que dio en el travesaño tras la intervención del golero Rajkovic. Todo nació de un desborde de Jarrod Bowen, quien ingresó por Saka, de gran primera mitad y de escaso aporte en el segundo lapso. El más constante fue Bellingham, de enorme despliegue, quien terminó extenuado.

Uno de los grandes aspirantes a la corona quedó en deuda, pese al resultado. La segunda presentación de Inglaterra será el jueves 20, ante Dinamarca, que empató 1-1 con Eslovenia. Ante un rival complejo, tiene la ocasión de refrendar las grandes expectativas que hay en el ambiente.

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