La crisis del acero vista desde el estadio Huachipato

Huachipato fue goleado por Racing a mitad de semana.
Huachipato fue goleado por Racing a mitad de semana. Foto: Photopsort

El equipo siderúrgico enfrenta a la UC, dirigida por Evandro Fornari, autorizado especialmente por la suspensión de Tiago Nunes.



En abril, cuando enfrentó a Universidad Católica, Huachipato no salió solo al campo de juego. Junto con los jugadores del equipo que entonces dirigía Javier Sanguinetti ingresaron trabajadores de la siderúrgica que le dio el nombre al club original, entidad que se fundó en 1947 y que hasta 2015, cuando la sociedad anónima que encabeza Victoriano Cerda asumió el control del fútbol profesional, sostenía la práctica de varias disciplinas deportivas, con la finalidad de brindarles entretención a los colaboradores de la firma. Los futbolistas cargaban un lienzo que contenía un mensaje categórico. “Defendamos el acero chileno”, consignaba la pancarta. De fondo, trabajadores vestidos con sus respectivos uniformes y elementos de protección ondeaban banderas nacionales.

El 20 de marzo había sido un día fatídico para uno de los principales focos productivos de la región del Biobío. En esa jornada, la CAP comunicó la decisión de suspender indefinidamente las actividades de la siderúrgica Huachipato. La compañía consideraba insuficientes las medidas las medidas para afrontar la competencia con el acero chino. “La decisión se funda principalmente en las distorsiones de precios de los productos de acero importados desde la República Popular China que, pese a los mejores esfuerzos de los integrantes de la Comisión Antidistorsiones y de las autoridades involucradas, no fueron suficientemente cauteladas a través de las medidas provisionales informadas en los comunicados antes mencionados, lo que hace económicamente inviable continuar explotando el negocio siderúrgico en Chile”, comunicaba un hecho esencial remitido por la CAP a la Comisión para el Mercado Financiero.

Desde ese día, Talcahuano está preocupado y convulsionado. Hubo marchas y protestas, que forzaron medidas gubernamentales para intentar salvar al sector, que sostiene a una porción considerable de la población. Las sobretasas al acero chino no bastaron para garantizar la viabilidad de la firma. Hace poco más de dos semanas, se anunció el cierre indefinido de la siderúrgica. “Este es un día doloroso para todos quienes conformamos la compañía. Por más de 70 años hemos sido el principal productor de acero para la minería y demostrado el compromiso que desde nuestros orígenes tenemos con el desarrollo productivo de la región del Biobío y el país. Sin embargo, en este escenario, la continuidad financiera y la sostenibilidad de nuestra operación siderúrgica se hace inviable”, declaró el presidente del directorio de Huachipato, Julio Bertrand. El mazazo se sintió fuerte.

¿Y el club?

La conformación de Huachipato FC, controlado por una sociedad anónima que, además de Cerda, tiene como actores relevantes a Marcelo Pesce y Marcelo Ambrosio, es el hito que marca la separación respecto de la metalúrgica, al menos en términos de gestión, pues la concesión contempla el uso de las instalaciones de la denominada Ciudad del Fútbol, lo que incluye el estadio CAP, que en los últimos días cambió su denominación a estadio Huachipato.

En Las Higueras aclaran que la afectación que puede generar la crisis del acero en el club es cercana a cero. “Huachipato no depende en lo más mínimo de la empresa. Los números del club van hacia arriba”, refuerzan en Las Higueras. En esa consideración influye, fundamentalmente, el modelo de negocios que se ha desarrollado durante toda la gestión: la estructura de ingresos de los acereros está basada en la compra y venta de jugadores. En ese contexto, por ejemplo, ha habido éxitos sonados, como el que se consiguió con el venezolano Yeferson Soteldo. La lista es más amplia en ese sentido. Incluye, por ejemplo, a Javier Altamirano.

Trabajadores de Huachipato, en el partido entre los acereros y la UC
Trabajadores de Huachipato, en el partido entre los acereros y la UC. Foto: Photosport

A ese acápite hay que agregar un cuantioso ingreso fijo: los $ 242 millones mensuales que reciben los clubes de Primera División (a excepción de los tres grandes, que recaudan una cantidad mayor), por los derechos de televisión. Hay más aportes a los números azules. Este año, de hecho, los acereros recibieron otro espaldarazo económico: la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores les garantizó un piso de US$ 3 millones. Después de ese certamen, disputaron la Sudamericana, otra vez con ingresos garantizados.

La comparación histórica, de todas formas, es ineludible. En la misma región, hay casos de instituciones emblemáticas que llegaron a desaparecer. Está el caso de Naval, en la misma comuna, que intenta reflotar con un proyecto más ligado a la nostalgia que a la solidez que les brindaba una matriz como la Armada. U otro, Lozapenco, que llegó a ser un boom en los 90, cuando Feliciano Palma conformaba planteles millonarios, con cuerpos técnicos de lujo, dotaba al equipo de una de las mejores canchas de Chile y transportaba a los hinchas por todo el país. Lota Schwager también intenta mantenerse vivo, hace rato sin el soporte de industria del carbón. Los siderúrgicos aseguran que están en un plano completamente distinto.

Los siderúrgicos visitan este domingo a la UC. En la banca estudiantil se sentará el brasileño Evandro Fornari, asistente del suspendido Tiago Nunes. El ayudante fue autorizado por la ANFP, considerando que tampoco estaba disponible Rodrigo Valenzuela. Inicialmente, su licencia, emitida por la Confederación Brasileña de Fútbol, no era compatible con las exigencias nacionales.

Efecto marginal

En Huachipato proyectan un perjuicio marginal. Calculan, por ejemplo, que los casi dos mil hinchas que habitualmente asisten a los partidos de la escuadra siderúrgica deberían seguir asistiendo. Buena parte de ellos, de hecho, son abonados de la institución. Hay una explicación estadística: si bien se admite que se trata de una empresa emblemática, el dato concreto es que solo tiene unos 800 funcionarios. Es decir, quienes ocupan las 40 mil viviendas que comprende la zona se dedican, en su mayoría, a otras labores.

En esa consideración hay otro factor adicional: quienes suelen asegurar sus localidades son hinchas jóvenes, que han disfrutado de los triunfos más recientes, como las coronas de 2012 y 2023. Es decir, no necesariamente se trata de fanáticos asociados a la identidad con la empresa.

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