Jorge Sampaoli tiró la toalla incluso antes de denunciar que se sentía "rehén" de Chile. En silencio, confesó varias veces que el camarín de la Selección era "ingobernable". El tiempo parece darle la razón. La interna de la Roja se ve cada vez más incendiada y hasta ahora, Reinaldo Rueda no ha logrado imponerse y sofocar las llamas. Como explican desde Juan Pinto Durán, el colombiano ha manejado el asunto a base de licencias y consentimientos a los jugadores más importantes que siguen adentro. A pesar de las evidencias, Gary Medel rechazó todo en sus redes sociales: "Nosotros no tenemos la cagada crack son los periodistas!!", escribió.

Hasta Sebastián Moreno, presidente de la ANFP, ha tenido que dar explicaciones sin decir mucho. Pero al hablar de los jugadores importantes, el mapa del camarín de Chile es muy distinto al del histórico bicampeonato. Si antes eran Marcelo Díaz, Eugenio Mena, Claudio Bravo y Jorge Valdivia los que transitaban por los pasillos de Pinto Durán, hoy lo hacen Yerko Urra, Igor Lichnovsky, Diego Valdés y Guillermo Maripán, quienes han debido distribuirse entre estos grupos.

La mitad de los que fueron a la Copa Centenario no estarán en Brasil. Hoy, el orden del Equipo de Todos es otro, sin Claudio Bravo como el gran líder. Ese lugar lo tomaron Medel y Vidal, quien es el principal obstáculo para un retorno del arquero.

Lo que se ha mantenido casi de forma inalterable, aunque en menor número, es la ex Banda Pitillo, esa que toma todas las decisiones del camarín rojo. Ya no están Pinilla, Valdivia ni Bravo, distanciado casi irreconciliablemente con sus excompañeros. Justamente, desde Pinto Durán cuentan que mientras el meta no pida disculpas al grupo liderado por Medel y Vidal, estará lejos del proceso.

Sí se mantienen de esa ex Banda Pitillo Beausejour, Jara, Vidal y Medel. Ellos, de hecho, son los actuales interlocutores de la ANFP en la negociación por los premios de Brasil 2019. De todas formas, al Pitbull suele vérsele compartir con otro de los grupos de la Roja, el de los cruzados. Ahí están José Pedro Fuenzalida, Nicolás Castillo, Erick Pulgar y Guillermo Maripán.

Si se apunta solo a los que están hoy preparando la Copa América, no hay divisiones ni rivalidades extremas entre ellos. Distinto es contando a los ausentes como Bravo o Díaz, porque con ellos el quiebre es total. Hay otro grupo claramente identificado en el búnker chileno. Se trata de los azules, compuesto por Eduardo Vargas, Charles Aránguiz, Mauricio Isla y Junior Fernandes.

Claro que tanto el Huaso como Junior son los más cercanos a Alexis Sánchez, quien convive entre su mundo personal y el de sus amigos. El tocopillano, así como varios otros jugadores que hoy están en la Roja, ha sido uno de los pocos que ha respaldado públicamente a Bravo. "Es un pilar importante", dijo el martes. AS7 no está de acuerdo con la postura extrema de la disputa entre Bravo y el resto.

Hay otros que se han acercado por sus historias personales, como Gabriel Arias y Pedro Pablo Hernández. Ambos son argentinos nacionalizados chilenos. Y hay otros que comparten según sus ligas de procedencias, como Igor Lichnovsky, Diego Valdés y Ángelo Sagal, todos jugando en México.

El peso de Felicevich

Al margen de las cercanías existe un grupo mayoritario que se podría denominar el Team Felicevich. Son los siete jugadores que el agente más poderoso del fútbol criollo tiene en la nómina: Vidal, Sánchez, Aránguiz, Pulgar, Medel, Fernandes y Fuenzalida. Salvo el caso de Chapita, el empresario siempre influye y alinea a sus jugadores cuando hay un objetivo mayor para él o que implica cubrir intereses o cuidar la imagen.

Para la Copa América 2015, por ejemplo, después del Ferrari chocado por Vidal, los representados por Felicevich hicieron fila en redes sociales para prestarle apoyo al Rey. Redes que, por cierto, maneja un grupo contratado por el agente. Utiliza la misma estrategia cuando quiere levantar a algún futbolista, como sucedió hace poco con los mensajes de Vidal en Instagram, apuntando a Erick Pulgar como el mejor volante de contención de Italia. Justo en días que la mayoría del medio buscaba explicaciones por la marginación de Marcelo Díaz.