Mauricio Pinilla habla con crudeza. Lo hace para reconocer los fuertes que cometió en el comienzo de su carrera y los excesos en los que incurrió. Dice que le significaron un fuerte perjuicio económico. Desde esa experiencia, el ex delantero de Universidad de Chile, el Chievo Verona, el Celta, el Sporting de Lisboa y el Genoa, solo por citar algunos de los clubes que defendió, intenta emitir un mensaje preventivo.
“Un joven hoy día, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando recibe una suma importante de dinero? El auto, la ropa, la fiesta, los lujos. Lamentablemente, yo en mi carrera, en los primeros tres años, habré derrochado tres o cuatro millones de dólares botados a la basura, literalmente. En compra de autos, pérdidas, viajes y relojes”, sostiene, en el marco del conversatorio Colgando los Botines, que se realizó en la USS Ciudad Deportiva, en el marco del prelanzamiento del libro Millonarios Prematuros, de Vicente Zegers.
Un botadero de plata
El relato del ex seleccionado chileno es específico y no requiere mayor intervención. “Entre los 18 y los 24 años, invertí muy poco. Boté mucho dinero, como les dije. Pero hubo un momento en el que dejé de jugar seis meses y me quedé sin liquidez, pese a que tenía algunos activos”, puntualiza.
Puesto en esa situación, se vio obligado a reaccionar. Y, en ese sentido, recuerda que tomó una decisión enfocada en sus aspiraciones deportivas. “Tuve que reiniciar mi carrera desde cero. Pude haberme ido al Parma y lo deseché porque no lo merecía. Por eso me fui al Grossetto en la Serie B italiana. Para empezar de nuevo y esta vez, asesorarme con gente que me permitiera terminar mi carrera, tranquilo”, admitió Pinilla. En el club del ascenso italiano recuperó su mejor versión: marcó 24 goles en 25 partidos, una de las mejores marcas que recuerde la categoría.
El consejo
Pinilla también aborda otra problemática propia de quienes se dedican a la actividad futbolística: los errores al momento de invertir sus ganancias. “Los jugadores deberían dedicarse a solo eso. Jugar al fútbol y recaudar la mayor cantidad de dinero posible y asesorarse bien”, enfatiza.
En ese contexto, el llamado que realiza es a una adecuada asesoría. “Está lleno de personas que te prometen que, si les pasas 100 millones de pesos, te van a pasar 150 millones y eso no pasa en ninguna parte. Uno de los peores errores, es que sean los propios jugadores quienes traten de hacer negocios ellos mismos”, concluye.