La cueca

Claudio Bravo | Honduras vs Chile, sep. 2019
Foto Agencia Uno.


Martes 10, juega la Selección a las 22.30 con Honduras en San Pedro Sula. Hay que verlo, es parte del trabajo, pero, qué fastidio se ha convertido. El loop infinito de los amistosos con cinco o seis cambios para sacar conclusiones. La búsqueda desesperada de un entrenador ya sin margen por refrescar a un equipo que se viene azumagando hace un buen tiempo. Seguir con la esperanza, pensamiento mágico en estado puro, de que va a saltar como resorte algún jugador que ya conocemos de sobra, que ya ha sido probado varias veces, y se mande tres goles por la Selección.

Como ya dije, pensamiento mágico. Ese jugador no existe, no se asoma y Chile no le hace un gol a nadie, menos como consecuencia de su juego asociado. Por ahí emboca con un córner o un penal, pero, ni soñar, como producto de tres o cuatro pases seguidos.

Y mientras esto sucede en la cancha, fuera de ella sigue y se profundiza la guerrilla interna entre los llamados referentes. La cueca de la capitanía donde Rueda dice una cosa, los jugadores hacen otra y finalmente Paulo Díaz sale con la jineta para no darle el gusto a Claudio Bravo (y dejar felices a Vidal y Medel). Frente a las cámaras, Aránguiz se mata de la risa con el arquero quedando claro que él no es del lote que lo tenía vetado. Y Bravo, en lo suyo, pide a Marcelo Díaz una vez terminado el partido con Honduras. Como ya estableció que es el arquero titular del equipo, que no solo ataja sino que hace ganar 20 metros con el juego con los pies, se manda flor de tocada de oreja al entrenador y a sus enemigos.

Mientras, Vidal paseaba arriba de un caballo en Colombia obligando a la ANFP, una vez más, a elaborar una suerte de comunicación oficial donde se explica que el volante del Barcelona pidió venir dos veces a esta fecha FIFA y Rueda le dijo que se concentrara en su carrera en Europa o se tomara descanso o se fuera a andar a caballo.

Da la impresión que el entrenador vive haciendo malabares para que el camarín no le explote en las narices. A esta altura seguir dilatando el encuentro entre Bravo, Vidal y Medel es imposible. Ya no queda margen ni explicación creíble: o se juntan y se matan a palos en el camarín de una vez, o la selección chilena va a seguir perdiendo el tiempo con el objetivo primordial de que las estrellas no se ofendan.

Basta.

Y claro, si sumamos el triste partido que hizo la Sub 23 contra Brasil el lunes en Pacaembú, nos enteramos de que la tarea del entrenador se está volviendo imposible. Qué 180 minutos terribles del fútbol chileno entre lunes y martes. Menos mal que hubo tormenta eléctrica en la madrugada. Fue lo único emocionante.

PD: ¿Por qué César Munder reemplaza a Iván Morales en el minuto 90 del partido contra Brasil Sub 23? ¿Para hacer tiempo? ¿Morales estaba lesionado? Chile perdía 3-1 y no tenía cómo remontarlo. ¿Qué podía hacer Munder en tres minutos? Parece que solo entró para anotarlo en su currículo y después al venderlo aparezca el partido con Brasil en los antecedentes. Y piden que no seamos malpensados ¿Quién maneja a Munder? El de siempre, qué esperaban.

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