Uno de las primeras certezas en el deporte, en cualquier nivel, es que se convivirá paralelamente con la victoria y la derrota. De hecho, la proporción favorece claramente a los resultados negativos. Hay quienes establecen ahí el impulso para llegar a alturas mayores. Sin embargo, no satisfacer expectativas propias y ajenas duele. Y ahí, otra vez en una lógica matemática, el dolor es proporcional a la ilusión.

Las hermanas Antonia y Melita Abraham no pudieron clasificarse a la final del dos sin timonel en la competencia de remo en París. El heat las puso frente a potencias de la especialidad y lo pagaron caro: acabaron por detrás de Australia, Estados Unidos y Lituania con un tiempo de 7′26″82, a poco más de siete segundos del último puesto para avanzar a la final A.

Decepción

Al término de la prueba, la decepción era evidente. No por el rendimiento, sino por la imposibilidad de ingresar en la discusión mayor, la de las medallas, como se habían planteado a modo de objetivo. La mezcla de esa sensación con el cansancio derivado de una competencia extenuante resultaba indisimulable para ambas remeras.

Eso sí, terminaron la competencia con la sensación de haber dado el máximo. “Sabíamos lo dura que iba a ser. Las semifinales nunca son fáciles, son de vida o muerte. Son hasta más duras que las finales. Lo dimos todo y quedamos cuartas. Todavía queda una regata más para seguir soñando con el diploma olímpico”, manifestó Antonia.

Las hermanas Abraham, en París (Foto: Mauricio Palma/Coch)

Ahora, las Abraham tendrán que pasar página, pues les quedan compromisos por cumplir: este viernes, tendrán que luchar por el séptimo lugar en la final B. Esa disputa comenzará a 04.54 horas de Chile.

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