La difícil primera vez de Henry
El exjugador dejó su labor en la selección belga para asumir en el Monaco, club que está en zona de descenso. Tiene tres victorias en 14 partidos en el cargo.
Thierry Henry (41) ganó una particular notoriedad en el Mundial de Rusia, por su labor como asistente técnico de la selección belga. Siendo uno de los escuderos de Roberto Martínez, beneficiando sobre todo la labor ofensiva de Romelu Lukaku, quien aumentó su capacidad anotadora trabajando con el francés, alcanzó el tercer lugar de la Copa del Mundo. Titi, ese mismo que conquistó el Mundial de 1998, ese mismo que se erigió como el goleador histórico del Arsenal, estaba ad portas de dar el salto hacia la dirección técnica en propiedad. Lo dio, no obstante esa experiencia está siendo más compleja debido a la delicada situación que atraviesa el Monaco, el club donde se hizo famoso.
Fue el 13 de octubre de 2018 cuando el elenco del Principado anunció a Henry como el nuevo entrenador, reemplazando al portugués Leonardo Jardim, destituido por la mala campaña, que tiene al equipo todavía sumido en la zona de descenso de la liga francesa. Firmó un vínculo hasta junio de 2021, agradeciendo la oportunidad de dirigir a un club "especial", según sus palabras. "Todo me parecía lógico, fue una corazonada", añadió en el día de su presentación.
Volvió a su casa, pero una más que desordenada, en donde las complicaciones pasan en la cancha y fuera de ella. Debutó el 20 de octubre, cayendo 2-1 con el Estrasburgo por la Ligue 1. Desde ese juego hasta la fecha, Thierry Henry ha dirigido en 14 juegos a los monegascos, con un saldo escuálido: tres victorias, dos empates y nueve derrotas. Esto arroja un 26 por ciento de rendimiento.
El Monaco, campeón francés en 2017, es el penúltimo de la tabla de posiciones, con apenas 13 unidades. Tienen 34 puntos menos que el PSG, el puntero y casi campeón del certamen. En Francia descienden los dos últimos, mientras que el 18º juega una promoción. Además, fueron últimos en su grupo de la Champions.
Como si fuera poco, la policía del Principado detuvo en noviembre al presidente del club, el ruso Dmitri Rybolovlev, con cargos de corrupción y tráfico de influencias.
Cuesta entender el desplome de un elenco que fue semifinalista de la Champions League 2016-2017, con un plantel que tenía a una joven joya llamada Kylian Mbappé, y que ha sido de los pocos en contraponer la hegemonía del PSG en el torneo galo. Dentro de ese ambiente caótico se produce la primera experiencia de Henry como cabeza de una dirección técnica. Mañana, su escuadra, que puja por el fichaje de Cesc Fábregas, enfrenta al Canet Roussillon por la Copa de Francia.
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