La primera incursión como entrenador de Diego Forlán no tuvo el final esperado. Asumió la banca de Peñarol, el equipo de sus amores, pero los malos resultados terminaron acabando prematuramente su estadía en el Manya. El próximo rival de Colo Colo en la Copa Libertadores se quedó sin cabeza técnica. El 15 de septiembre será la visita de los uruguayos al estadio Monumental, en la reanudación del certamen continental.
El apellido Forlán significa mucho para el club aurinegro. Pablo, el padre de Diego, jugó en el equipo entre 1963 y 1970, y fue campeón de la Libertadores y de la Copa Intercontinental en 1966, además de ganar cuatro campeonatos uruguayos en ese periodo. Pese a su nula experiencia como técnico, la expectativa era alta para una figura relevante en el fútbol charrúa, figura en el Mundial de Sudáfrica. Además, uno de sus refuerzos fue el chileno Christian Bravo, quien destacó en 2019 en Montevideo Wanderers.
Pero no fue así. Diego Forlán debutó el 15 de febrero con una victoria de 2-1 sobre Cerro. Considerando el receso por la pandemia, apenas dirigió 11 partidos, entre la liga local y la Copa Libertadores. Rescató 15 puntos de 33 posibles. Su registro es de cuatro victorias, tres empates y cuatro derrotas, un 45,5% de rendimiento. Escaso para un equipo grande. En todo el año no han podido encadenar dos victorias consecutivas.
En la arena continental, Peñarol tiene tres puntos luego de dos presentaciones. Cayó 1-0 con Athletico Paranaense, en Coritiba, y luego venció por la mínima a Jorge Wilstermann, en Montevideo. Algo que le pesó a Forlán es la discreta campaña en el torneo local. Los carboneros marchan en séptimo lugar en el Torneo de Apertura, con 12 puntos, a siete unidades de la cima, en la que está Wanderers.
Según el medio local Ovación Digital, son varias las razones que desencadenaron el despido del exdelantero del Manchester United y el Villarreal, entre otros. Se esgrime que el equipo no mostraba una idea futbolística clara, falta de fortaleza anímica, que el técnico no transmitía correctamente su mensaje y el esfuerzo económico infructuoso para potenciar el plantel.
Mediante su cuenta de Twitter, se explayó para despedirse. “Gracias por la oportunidad que me dieron, fue un orgullo para mí dirigir al Club Atlético Peñarol. A los jugadores, muchas gracias por su paciencia, su respeto, su entrega y sus enseñanzas… No me quedan reproches, así es el fútbol”, manifestó.