Matías Donoso (34) sufre en dos frentes. El delantero marcó ambos goles de Deportes Iquique en el empate 2-2 ante Coquimbo Unido, un aporte que sirve para mantener con vida a los Dragones Celestes en la aspiración de mantenerse en Primera División. Sin embargo, el goleador no tiene margen para celebrar. Primero, porque sufre por la atribulada realidad deportiva del equipo nortino. Y luego porque también le complica la tragedia que vivió San José de Maipo, el pueblo en el que nació, que el fin de semana se vio afectado por el aluvión que provocó el fenómeno meteorológico que afectó a la zona central del país.
“Fue un momento complicado. Mi mamá me mandó un video de cuando pasó un alud por fuera de la casa. Vi a varios vecinos afectados. A unos tíos también. Una tía que perdió casi todo de su casa. Hubo personas afectadas por el barro, que se les metió. A mis familiares más directos no les pasó nada, pero todos estaban preocupados porque parte del cerro se podía venir abajo”, relata a eldeportivo.cl respecto de la tragedia que desató en la localidad que lo vio crecer y dar sus primeros pasos en el fútbol.
En la población La Victoria está buena parte de la historia del delantero, quien alcanzó la gloria en 2015, cuando consiguió el título con Cobresal y, además, fue elegido como el mejor jugador del torneo de Clausura en la encuesta de La Tercera. “Están mi familia, mis mejores amigos. Es toda gente de esfuerzo, a la que le ha costado mucho tener lo que tienen. Ver ahora que han perdido todo es doloroso. Sé lo que cuesta tener lo que el aluvión les llevó”, dice, evidentemente afectado. Ahora, analiza la forma en que contribuirá para colaborar con los suyos. “Obviamente, uno tiene que ayudar, hacer algo por la gente. Aún no he organizado nada, aunque si lo hiciera tampoco lo haría público”, explica.
“No podemos perder la cabeza”
Por lo pronto, Donoso espera que el doblete que les marcó a los piratas haya llevado algo de felicidad a su tierra y, sobre todo, que mantenga viva la esperanza iquiqueña de salvarse. “Nos ha tocado durísimo, bailar con la fea como se dice. En muchos partidos mostramos buen fútbol y lamentablemente no ganamos partidos que debimos. El ejemplo es el de anoche. Hay desconcentraciones. Ha sido difícil, pero estamos ahí”, analiza.
De situaciones difíciles en el fútbol, por cierto, sabe. En 2018 tuvo que vivir la traumática experiencia de la pérdida de categoría, con Deportes Temuco. Con el equipo sureño descendió después de un contradictorio año que incluyó una participación destacada en la Copa Sudamericana, que se truncó por un error administrativo. Y, probablemente, de esa experiencia es que el ariete extraiga la palabras justas para intentar despertar a sus compañeros. “Nos apoyamos, tenemos una convicción, pero pasan este tipo de situaciones que te merman. Hay que ser profesionales, dignos y seguir hasta el final. Hasta que no termine, uno no se puede echar a morir. Hay que aprender a convivir con este tipo de situaciones. Entregarse no es el camino”, expone.
Lo que más recalca el atacante es la necesidad de mantener el espíritu de lucha. “Quizás no dependemos tanto de nosotros, pero hay que seguir hasta el final. No hay nada escrito. Me ha tocado marcar goles gracias a mis compañeros, pero lo que importa es lo que colectivo. Hemos hecho un esfuerzo todos y, lamentablemente, a veces, no se da. Hay que tratar de manejarlo. No podemos perder la cabeza, porque todavía podemos”, enfatiza.
El análisis incluye una autocrítica. “Si dijera que no fallamos en la concreción, mentiría. Me tocó estar bailando con la fea en la definición, cuando la pelota no entraba. Uno también se empieza a cuestionar. Me ha pasado a mí, a mis compañeros. Cuando te agarran estas situaciones, es difícil. Nos cuesta también en el tema de la concentración. Hay un tema sicológico también. Pero no podemos quedarnos pegados, porque no va a ayudar nada. Ojalá que se nos dé”, sostiene.