Con 14 años de trayectoria y una vitrina plagada de trofeos, Raphael Varane tiene la certeza de que prácticamente lo ha ganado todo en el mundo del fútbol. Sin embargo, detrás de esas consagraciones y vueltas olímpicas, el francés mantenía oculta una dura realidad.
En una conversación con el diario L’Equipe, el jugador de 30 años contó que a raíz de los constantes golpes de cabeza que ha dado en su carrera como deportista, su salud se ha visto fuertemente perjudicada, llegando al punto de provocarle conmociones cerebrales que han derivado en errores al interior del terreno de juego. Por esta razón, el francés hace un llamado de atención para que esta situación no se pase por alto.
Repercusión
En agosto de 2020, el Real Madrid se jugaba su boleto a los cuartos de final de la UEFA Champions League frente al Manchester City en un Etihad Stadium completamente vacío producto de la pandemia de COVID-19. En dicha llave, Raphael Varane se vistió de villano al cometer dos fallos garrafales que terminarían por darle la clasificación a los Ciudadanos. Pero aquello tenía una explicación. Un mes antes, el zaguero sufrió un golpe en la cabeza en un duelo ante el Getafe, el cual nunca trató como se debía.
“Seguí un protocolo de recuperación de cinco días sin mucho esfuerzo. Luego tuvimos unos días libres y recuerdo sentir un cansancio intenso, pero pensé que estaba relacionado con la descompresión habitual de final de temporada. Cuando reanudé el entrenamiento, aún no me había recuperado del cansancio ligado al shock que había sufrido. Me sentí sin energía preparándome para el partido de Liga de Campeones contra el Manchester City, pero no era consciente de que tuviera relación con el golpe. Quizás si hubiera hecho una prueba para evaluar mis capacidades de recuperación, habría pospuesto mi recuperación y entonces podría haber vuelto a jugar con un nivel de energía normal”, contó sobre el momento del impacto ocurrido en el encuentro de La Liga.
Para el partido ante el elenco de Pep Guardiola cualquier atisbo de reacción fue demasiado tarde. “Lo sentí desde el calentamiento, me dije: despierta. Casi quería darme una bofetada. Durante el partido, mis primeros tres balones fueron técnicamente limpios, pero fue demasiado lento. No podía concentrarme en permanecer en mi partido, era como un espectador. El partido me fue mal y, en retrospectiva, me di cuenta de que estaba relacionado con el shock que había sufrido. Me cuestioné mucho y, finalmente, me di cuenta de que estos errores insólitos no habían caído del cielo”, aseguró.
Ahora, ya como jugador del Manchester United, Varane reflexiona sobre el impacto que tienen los cabezazos en el cráneo de los futbolistas. Su mayor preocupación es su hijo pequeño, que al encontrarse en una etapa de fútbol formativo en categorías infantiles, le recomienda no realizar esta práctica por el bien de su salud. “En el Manchester United nos recomendaron no hacer más de 10 cabezazos por entrenamiento... Mi hijo de 7 años juega al fútbol y le aconsejo que no dé cabezazos”, remarca el campeón con Francia en el Mundial de Rusia 2018 y último finalista en Qatar 2022.
Además de su evidente inquietud, el otrora zaguero de los merengues exige que esta problemática debe ser abordada por los clubes y sus respectivos especialistas médicos. “Después de una repetición de golpes en la cabeza, decir al día siguiente del partido que estás cansado cuando todo ha ido bien es más complicado. Muchas veces, como jugadores, no lo entendemos, ni siquiera pensamos en hacer una prueba. Por eso, reconocer una conmoción cerebral y tratarla bien es un verdadero desafío. Es un problema de salud real, incluso puede ser vital. Las cosas van cambiando poco a poco, pero aún podemos avanzar en este ámbito”, exclamó.