La mañana del jueves 12 de marzo parecía un entrenamiento normal para Ignacio Tejeda. Sin embargo, esa apacible jornada en el Club Manquehue se detuvo abruptamente, cuando el promisorio tenista de 17 años comenzó a sentir mucho dolor en el pecho. Al principio, su fama de hipocondriaco le pasó la cuenta y pocos le creyeron. “Él tenía un umbral de dolor tan bajo que nadie le creía”, cuenta el también tenista José Tomás Traipe (18), uno de sus mejores amigos y pololo de Javiera, hermana del antofagastino. Sin embargo, la realidad indicaría otra cosa. El dolor le impedía contener las lágrimas y la situación se tornó preocupante.
El día antes ya se habían manifestado las primeras señales de que algo no andaba bien. Cristóbal Fuentes (16), compañero de entrenamientos, fue testigo de esa primera escena. “Decía que le molestaba mucho el pecho y no podía pegar cómodo la derecha. Le decía al profe que no le andaba el golpe y pensábamos que podía ser algo muscular. Bueno, también pensábamos que podía ser algo mental. O quizás una contractura o algo así”, relata.
“Mis papás son médicos. Mi mamá es médico general y mi papá es oftalmólogo. Entonces, desde un primer momento se preocuparon de ayudarlo en lo que se pudiera. El viernes 13 de marzo le hicieron la biopsia y encontraron un tumor del tamaño de un puño, que estaba ubicado en una zona complicada, porque comprometía el pulmón, la aorta, la vena cava y el corazón. Era un tumor maligno de células germinales”, recuerda Traipe, número uno de Chile en menores de 18 años en 2019.
Después de ese crudo diagnóstico, el tratamiento se centró en intentar reducir el tamaño del tumor. Cuatro ciclos de tres quimioterapias, divididos en una larga y dos ambulatorias le permitieron bajar en un 70% el tamaño, por lo que la sugerencia fue continuar con las quimios o realizar una cirugía. Se optó por lo segundo. “Lo operaron el 23 de julio, un día antes de su cumpleaños. Salió bien la operación y le indicaron dos sesiones más de quimio para que no se escaparan algunas células por si acaso. Todo iba bien hasta que empezó a sentir dolor en la zona de las costillas. Decía que le pinchaba. Finalmente, le hicieron exámenes y se dieron cuenta de que no solo el tumor había crecido de nuevo, sino que es más grande que el anterior”, apunta.
Después vinieron dos ciclos de quimioterapias muy agresivas y las aguantó relativamente bien. “Luego, le volvieron a hacer exámenes y la alfaproteína bajó de 4.000 a 3.950. Es decir, no había mucho avance. Así que le dieron dos alternativas: ver un transplante de médula acá, aunque en Chile no hay especialistas en tumores sólidos, y la otra opción, irse al Hospital MD Anderson de Houston, un centro especializado en cáncer”, cuenta.
La familia optó por viajar a Estados Unidos. Hacia allá partieron Tejeda, su madre, su hermana y su hermano pequeño, mientras su padre se quedó en Santiago. Ahí también comenzó otro drama: el económico. “Como los pasajes los tuvieron que comprar de un día para otro, salieron cerca de $ 8 millones. Además, el costo de ingresarlo al hospital salió US$ 56 mil ($ 42 millones, aprox.). Más encima, las alfaproteínas se dispararon a 7.800”, añade.
Frente a ese poco alentador diagnóstico, la esperanza está centrada en la realización de un tratamiento para trasplante de médula. “Tiene que hacer varias sesiones de quimioterapia hasta finales de noviembre y a principios de diciembre la idea es realizar el trasplante con células madre propias. Sin embargo, el costo inicial es de US$ 468 mil, pero nos informaron que podía ascender a US$ 780 mil, si es que no había ninguna complicación. Los US$ 468 mil hay que tenerlos antes de fin de mes”, revela Traipe.
El primer pago debe realizarse por adelantado el 23 de noviembre y actualmente y gracias a las donaciones y actividades, la familia cuenta con US$ 125 mil, por lo que está a la espera de reunir los US$ 343 mil restantes para esta primera fase.
En los últimos meses, Ignacio Tejeda pudo compartir con su cuñado. “Lo vi bien de ánimo, lo pasamos bien, jugamos, pero actualmente solo sé de él por mi polola”, apunta. “Solo sabemos por su familia, él ha estado desconectado de las redes sociales. Realmente es muy fuerte, porque de un momento a otro pasó de estar jugando a estar hospitalizado”, agrega Cristóbal Fuentes.
José Traipe, quien considera a Nacho como un hermano, lidera junto con mucha gente ligada al tenis una campaña solidaria para reunir fondos para poder costear el tratamiento de su amigo. “Estamos subastando raquetas del Chino Ríos, de Feña González, cosas de Massú y de Garin. También hemos recibido saludos de Rafa Nadal”, cuenta. Incluso, en las últimas horas se sumó a los videos de aliento el número uno del mundo Novak Djokovic y el austriaco Dominic Thiem. También en Antofagasta y Tocopilla, la familia del joven jugador organiza rifas para colaborar.
Antes de esta pesadilla, Nacho se abría paso en el circuito juvenil y evaluaba la opción de continuar su carrera en el circuito universitario de Estados Unidos. El año pasado terminó 27° en el ranking nacional de menores de 16 años y 73° en el de 18. Carlos Marchant lo describe así: “Lo entrené durante tres años. Era un muy buen jugador, que tenía un tenis bien evolucionado para su edad. Eso sí, era un poco enojón, pero en el último tiempo estaba entrenando mucho mejor y compitiendo de buena forma. Le costaba enfrentar a rivales de mejor nivel, pero le empezamos a demostrar que podía competir contra ellos y lo fue entendiendo".
El otrora head coach de la Federación se conmueve al observar las redes de solidaridad que se han ido tejiendo alrededor de este dramático caso. “Estamos en un camino difícil, pero es emocionante ver a todos los chicos apoyando y nos demuestra lo querido que es Ignacio. Se me aprieta el corazón, porque nos permite mirar el tenis de otra forma”, reflexiona.
Las colaboraciones se pueden realizar en la cuenta corriente del Banco Falabella, número 10090081002, a nombre de la madre de Ignacio, Jennifer Marisol Hidalgo Jiménez, rut 14.112.119-7, cuyo correo es jennifermarisol@gmail.com. Además en el instagram Rifa un granito de arena también se puede aportar.