Ricardo Gareca ya piensa en las Eliminatorias. Luego de la complicada Copa América de la Roja en Estados Unidos (eliminado en la fase de grupos sin goles convertidos), el estratega argentino está a solo semanas de su próximo gran desafío: enfrentar a Argentina en Buenos Aires y recibir a Bolivia en el Estadio Nacional.
Dos encuentros en los que Gareca, asume, no contará con Claudio Bravo. El mismo entrenador lo dio a entender esta jornada, apuntando principalmente a la situación deportiva que vive actualmente el arquero nacional.
“En la medida que no tenga equipo, es más complicado”, advirtió el Tigre en conversación con Radio ADN al ser consultado por una posible nominación del portero, quien luego de finalizar su paso por el Betis aún se debate si continuar su carrera en otro equipo o derechamente cerrar su etapa como futbolista profesional. Esto último, con sus 41 años no sería una sorpresa.
Un debate en el que de todas formas Gareca no quiere participar. “Son decisiones muy personales, no queremos opinar respecto a eso. Tiene toda una trayectoria, está decidiendo su futuro. Tuvimos la oportunidad de conocerlo, el tiempo que tuvimos de conocerlo quedo admirado de su profesionalismo y calidad como arquero”, mencionó el DT en esa misma interacción.
El estratega también aprovechó de aclarar que Gabriel Suazo no podrá ser parte del equipo que enfrente a Argentina en el Monumental de River luego de la expulsión que sufrió ante Canadá en el último cotejo de la Roja en la Copa América.
El futuro de Bravo
Después de la Copa América todo apuntaba a que el ex portero del Barcelona y Manchester City, en otros, iba a continuar su carrera en la MLS de Estados Unidos. Una oferta de Los Ángeles Galaxy y la oportunidad que de su familia conociera una nueva cultura tentaban al portero, quien de todas formas luego de la Copa América se devolvió a Chile para decidir su siguiente paso.
En ese periodo reflexión, las sensaciones han cambiado. Si bien no hay nada definido en el futuro del portero, el paso por Chile, mucho más extenso que el que solía realizar en época de vacaciones en su apogeo futbolístico, también le ha producido un efecto en ese sentido: lo reconectó con sus raíces. Entre Buin y Viluco reside buena parte de sus afectos. Y en la comunidad, su figura es mucho más familiar que para quienes lo consideran, con justicia, como uno de los principales ídolos que ha producido el fútbol chileno.
En ese sentido, ha dado algunos pasos clave que apuntan a la opción concreta de quedarse en Chile. Hace algunos días, por ejemplo, volvió a tener número de teléfono celular nacional, lo mismo que los integrantes de su familia. La señal es elocuente respecto, al menos, de su futuro más próximo.
El resto todavía es más incierto. Amigo de la tranquilidad, Bravo tiene una propiedad en Puerto Varas en la que más de alguna vez se ha planteado la opción de radicarse. Sin embargo, la lejanía del control de sus inversiones y, sobre todo, de su círculo más íntimo, le ha frenado en ese sentido. En la región Metropolitana ha incursionado en el rubro inmobiliario y tiene un complejo deportivo en el que, además, suele participar en clínicas con futuros porteros. En la Copa América, de hecho, actuó con guantes de la marca propia que ha desarrollado.