Liberadora. Así define su última semana Claudia Schüler (Santiago, 28 de noviembre de 1987). “Calculo que he perdido unos siete kilos. Lamentablemente, he tenido semanas en las que me he sentido muy mal y ahí no he tenido ni apetito, y con dos días sin comer uno baja un kilo más y cuesta mucho recuperarlo”, relata.

La pérdida de peso de la arquera de las Diablas tiene un origen: en agosto pasado, apenas un mes después del Mundial de Hockey Femenino en España y Países Bajos -en el que Chile tuvo una participación histórica- le detectaron una metástasis en el hígado y en otras partes de su organismo.

Después de varios meses sin aparecer, este miércoles Schüler tuvo su primer acto en público en la premiación del Círculo de Periodistas Deportivos, donde fue elegida la mejor jugadora de hockey sobre césped de 2022, por su actuación clave en el Mundial. En ese evento deportivo, Chile quedó 13 de 16, pero obtuvieron dos logros inéditos: se impusieron a Irlanda y a Sudáfrica. En esos duelos, Schüler tuvo una actuación notable. También fue clave en los Panamericanos de enero, cuando ante Estados Unidos atajó todos los penales, lo que permitió a Chile clasificar al Mundial, pese a perder la final con Argentina.

Claudia es la mejor arquera de América, y para mí, del mundo. Es una crack”, dijo en ese momento Constanza Palma, capitana de las Diablas. Por la forma en que clasificó Chile y por la performance en el Mundial, 2022 era un año prometedor para Schüler. Pero no todo estaba bien.

Los primeros meses

En octubre de 2021, Schüler sintió un dolor poco habitual. “Se me ponía rojo solo el ojo izquierdo y se me hinchaba el párpado. Fui a ver a un doctor, que creía que era alergia, y después tuvimos una gira a Europa en noviembre y a la vuelta vi a otro doctor, porque volví a tener esos episodios y me dolía”, cuenta la arquera.

A fines de diciembre del año pasado, la hockista se enteró de la presencia de un melanoma, justo en un momento en que la selección se preparaba para los Panamericanos. “El tratamiento fue tan puntual y preciso que me permitió jugar el torneo una semana después. Quizás no dimensioné la magnitud de ese tumor y lo que me estaba pasando”, reconoce por primera vez, entrevistada por La Tercera.

En ese momento, los exámenes salieron bien y no había de qué preocuparse. Llegó entonces el Mundial en julio y su actuación fenomenal al arco.

Sin embargo, todo cambió un día de agosto. “Fue súper sorpresivo, porque me estaba haciendo un examen de rutina, una resonancia de abdomen, y en ese chequeo apareció que tenía metástasis en el hígado y en otras partes. También tenía que hacerme un chequeo en el ojo izquierdo. El tumor se había reactivado. Era algo que no me esperaba, porque, en teoría, el tratamiento que hicimos en enero había sido efectivo y los exámenes habían salido bien”, admite.

Claudia en su hogar durante la entrevista con La Tercera. Foto: Mario Téllez.

Su naturaleza positiva le ayudó a sobreponerse al primer golpe. “Fue difícil de digerir. Pero desde el primer momento me puse a buscar las alternativas de tratamiento y darle para adelante”, comenta.

Producto de su estado de salud, en octubre pasado se perdió los Odesur en Asunción. Su ausencia sorprendió, porque la arquera sumaba en ese entonces más de 230 partidos internacionales por la selección chilena de hockey césped. En esos juegos, las Diablas llegaron a la final y vencieron a nada menos que a las Leonas de Argentina, el equipo más fuerte del continente.

Mientras, Schüler comenzó un tratamiento de inmunoterapia. “Es cada dos semanas. Dependiendo de unos exámenes, vendrán las decisiones que se tomen para el futuro”, adelanta. Pero ella ya tomó, quizás, la decisión más drástica de su vida: la pérdida de su ojo izquierdo.

Cambios radicales y un apoyo fundamental

“El cambio en mi cuerpo ha sido radical. Me fui dando cuenta de cómo se me fueron los músculos. Más encima, venía de un proceso de entrenamiento súper fuerte por el Mundial, estaba muy bien físicamente, y de un momento a otro no solo fue dejar de entrenar, sino que dejar de consumir los suplementos y proteínas y ver cómo se me iban desinflando los músculos. Y también está el shock de cuando me dijeron que la única opción para mantener este cáncer a raya era sacar el ojo izquierdo. Fue súper duro. A veces uno dice que es algo estético o secundario, pero ha sido difícil asimilar ese cambio en mi cuerpo”, cuenta la también kinesióloga.

El pronóstico es incierto: “El melanoma es un tumor poco común y es súper difícil de tratar. La terapia que estamos usando es bien conocida para melanomas de piel, pero no tan usada o necesariamente es tan efectiva para tumores oculares. Y en ese sentido es súper difícil saber si me va a ir bien o no, o cómo me está yendo. Físicamente, me he sentido bien dentro de todo. Soy joven. Con todos mis años de deportista, mi cuerpo es fuerte y resistente”.

“Ha sido un cambio enorme. La vida es súper frágil. A mis 34 años en ese momento, no tenía ni seguro complementario”, revela sobre una realidad económica que empieza a golpearla.

También confiesa que hoy todo lo aprecia mucho más. Clave en este proceso ha sido su pareja, Javiera Pizarro, con quien lleva más de dos años de relación. “La Javi ha sido un apoyo fundamental desde que me corté el ligamento cruzado de la rodilla en 2020, siempre ha estado ahí. Ella estudia Medicina y me ha acompañado a todas las visitas médicas. Está haciendo su internado y lo mío ha sido como otro internado para ella. Me acompañó al Mundial, fue increíble tenerla en la barra. Y como había congelado un internado por el Mundial, estuvo los dos primeros meses, agosto y septiembre, acompañándome a tiempo completo. Fue fundamental desde lo emocional, lo espiritual y lo práctico”, valora.

Y lo grafica con un ejemplo: “Hubo un momento en que tuve una inflamación en el ojo derecho y en el izquierdo veía muy poco, y ella tenía que ver mi WhatsApp, mis mails y cosas tan básicas como revisarme el celular. Es una pareja espectacular y un apoyo impresionante”.

Siempre una Diabla

Aunque no estuvo presente en la cancha, Claudia Schüler fue una pieza clave en el histórico oro de las Diablas contra Argentina en los Odesur en octubre. A la distancia cumplió un rol de análisis clave. Se las arregló para conseguir material audiovisual de la debutante arquera transandina, lo que terminó siendo vital en el inédito triunfo por penales del equipo dirigido por Sergio “Cachito” Vigil.

En la víspera de la final, también fue decisiva desde lo motivacional, algo que luego reconocerían ampliamente sus compañeras y el cuerpo técnico. “Yo justo estaba leyendo el libro de Rafa Nadal, y en un momento él cuenta que había perdido la final de Wimbledon 2007. Decía que le faltó convicción. Y yo siempre he dicho que una de las cosas que nos ha entregado Cachito es creernos el cuento y tener la convicción de que queremos ganar. Le mandé al equipo una página o dos del libro, en las que Rafa dice que sabía que iba a ganar la final de 2008 porque tenía la convicción de que sería así”, detalla.

Claudia Schüler, posando en el patio de su casa. Foto: Mario Téllez/La Tercera.

“Nosotros habíamos perdido finales panamericanas con Argentina, pero en los Odesur teníamos un equipo muy sólido, con mucha experiencia, y Argentina quizás no tanto. Lo único que nos faltaba era esa convicción y quería entregarles ese mensaje. El resultado lo dice todo. Haber ganado ese partido fue una emoción enorme, me sentí parte en todo momento y fui muy feliz con que hubieran logrado el oro”, rememora.

A pesar de haber perdido la vista del ojo izquierdo, sueña con volver al arco de las Diablas: “Y quién sabe si es más que un último partido. No miro tan a futuro, porque lo primero es pensar en recuperarme, pero de todas maneras lo primero que quiero es hacer deporte. Ojalá pueda volver a hacer hockey; vestirme de arquera sería espectacular. Voy pasito a pasito... No creo que sea una imposibilidad absoluta, pero entrenando un poco voy a lograr estar bien en el futuro”.

Dios y la psicología

Sus padres también han sido otro soporte. Es la menor de tres hermanos (dos hombres) y hace un tiempo está de vuelta en el hogar familiar. Cuenta que hubo un momento en que les llovió sobre mojado. “Justo en agosto a mi mamá le encontraron un pequeño tumor en el colon y también la tuvieron que operar a principios de septiembre. Por suerte no pasó a mayores. Fue un golpe doble para mi familia; para mi papá... Pero mi mamá es súper fuerte”, resalta.

Claudia Schüler no elude que a veces aparece el tema de la muerte. “No lo hemos conversado con mis papás o con mi familia, pero con la Javi a veces lo hemos hablado. Yo tampoco lo pienso. He pensado todo el tiempo en que me voy a recuperar y mi foco es eso. Y así como la convicción que les decía a mis compañeras de que iban a ganar ese partido con Argentina, no pienso en la muerte. Creo que he tenido un año loco, que seguro no voy a olvidar. Espero terminarlo bien”.

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