Seguramente, en el fuero interno, Kylian Mbappé nunca pensó en el revuelo que causarían sus palabras, particularmente en este lado del mundo. En el medio de su renovación con el PSG, el campeón del mundo en 2018 proyectó lo que puede suceder en Qatar y puso sus fichas en los europeos, por sobre los sudamericanos. “La ventaja que tenemos aquí es que siempre jugamos partidos de mucho nivel, tenemos la Nations League por ejemplo. Cuando lleguemos a la Copa del Mundo, estaremos listos”, indicó. Sin embargo, eso no fue todo. Fue más picante con su análisis respecto a lo que sucede dentro de Conmebol. “Argentina y Brasil no juegan partidos de mucho nivel para llegar a la Copa del Mundo. En Sudamérica, el fútbol no está tan avanzado como en Europa. Y es por eso que cuando miras las últimas Copas del Mundo siempre son los europeos los que ganan”, sentenció.

Los dichos de Mbappé fueron el disparador de una serie de opiniones cruzadas. Varios futbolistas sudamericanos le respondieron al crack francés, rebatiendo su visión. Fue el caso del brasileño Fabinho. “No es fácil. Viajamos 12 horas para jugar en Sudamérica, Tenemos que jugar en sitios como Bolivia que no es fácil. No sé si Francia ha jugado en Bolivia alguna vez”, retrucó el volante del Liverpool.

No fue el único. También habló Ángel Di María, quien fuera compañero de Mbappé en el PSG. “Se habló mucho por lo que dijo Kylian, pero nos toca jugar con los de Sudamérica, así como ellos se cruzan con los de acá. Nosotros volvimos a demostrar que estamos a la altura de los de Europa... Hay selecciones que están muy fuertes, pero nosotros estamos en un gran nivel, somos candidatos”, dijo el Fideo, clave en la victoria albiceleste sobre Italia en la Finalissima. Hasta el mítico César Luis Menotti salió al cruce, desafiando al francés a que juegue en Chacarita Juniors, un tradicional club transandino.

Sin embargo, la caída de la selección peruana frente a Australia, en lo que le significó a Sudamérica perder un cupo en el Mundial de Qatar, volvió a abrir el debate. Desde 2006, cuando Uruguay cayó también frente a los oceánicos, que desde este lado del mundo no se cedía un puesto en la cita que reúne a las mejores selecciones del mundo.

Justo en año de Mundial, el debate quedó instalado en el ambiente: la diferencia existente entre el fútbol europeo y el sudamericano, tanto en selecciones como a nivel de clubes. ¿Tiene razón Kylian Mbappé? En los últimos años, los resultados le dan sustancia a la percepción del delantero galo, criado precisamente durante una época en la cual esta distancia creció.

En las Copas del Mundo, existió un predominio sudamericano hasta Corea-Japón. Entre 1930 y 2002, nuestros representantes continentales ganaron el máximo cetro nueve veces: cinco de Brasil (’58, ‘62, ‘70, ‘94 y ‘02), dos de Argentina (’78 y ‘86) y dos de Uruguay (’30 y ‘50). En ese tramo, Europa conquistó el Mundial en ocho ocasiones: tres de Italia (’34, ‘38 y ‘82), tres de Alemania (’54, ‘74 y ‘90), una de Inglaterra (’66) y una de Francia (’98). Pero después de la Copa del Mundo celebrada en Asia, la hegemonía se dio vuelta y ahora le corresponde a los europeos: Italia en 2006, España en 2010, Alemania en 2014 y Francia en 2018. En los últimos cuatro Mundiales, solo un finalista no fue de la UEFA: Argentina, en 2014. En este 2022 se cumplirán 20 años sin un campeón mundial sudamericano.

El notable triunfo de Argentina sobre Italia, en Wembley, le puso más pimienta al debate, por mucho de que la Azzurra no haya clasificado al Mundial, otra vez (en ese mismo estadio le ganó la Eurocopa a Inglaterra). Esta dicotomía que se genera también se puede percibir en el ranking FIFA. En la última actualización, Brasil aparece en el primer lugar, luego de desbancar a Bélgica, que dominó la lista hasta hace poco. Mientras, la Albiceleste está cuarta.

¿Y en equipos?

El Mundial de Clubes entró a reemplazar lo que era la Copa Intercontinental. Ya dejó de ser un duelo único entre el monarca de la Champions contra el de la Libertadores. Ahora entran a escena todos los campeones de cada confederación. Más democrático, pero menos competitivo. Aquí también hay un quiebre.

Entre el año 2000, cuando arrancó este nuevo certamen, hasta el 2012, la última vez que un sudamericano lo ganó, la pugna entre la Conmebol y la UEFA era apretada. En ese periodo, los europeos ganaron cinco veces el cetro, mientras que los sudamericanos lo hicieron cuatro. Esto fue hasta 2012, cuando Corinthians le ganó la definición al Chelsea. Esa fue la última victoria de este lado del mundo sobre la élite del Viejo Continente. Pero todo cambió.

Desde 2013 hasta hoy, la hegemonía de Europa es total. Han ganado el Mundial de Clubes en nueve oportunidades consecutivas. Y dentro de este lapso, hubo ediciones en las cuales los representantes de la Conmebol ni siquiera llegaron a la final, quebrando la lógica: Atlético Mineiro en 2013, Atlético Nacional en 2016, River Plate en 2018 (después de ganarle a Boca la recordada final de Madrid) y Palmeiras en 2020.

En la extinta Intercontinental, el balance refleja una superioridad de Sudamérica sobre Europa, con 22 coronas contra 21.

Este fenómeno dicotómico también se da con los equipos del mundo en el ranking más fiable que los integra: el de la Federación Internacional de Historia y Estadísticas (IFFHS). En 2021, por primera vez un club brasileño se quedó con el galardón de ser el mejor el equipo del mundo en el año. Fue Palmeiras, bicampeón de la Libertadores. Y el segundo también es de Brasil: Atlético Mineiro. Claro, también hay que señalar que el Verdao no ha podido trasladar ese peso en instancias globales, como el Mundial de Clubes.

Sigue en El Deportivo