La mayoría de los 78 años de vida de Jaime Pinto ha transcurrido sobre una cancha de tenis. Es ahí donde más cómodo se siente este hombre, que luce un estado físico que cualquier joven envidiaría. Y esto es gracias a la actividad física, que hoy todavía le permite tener triunfos en su amado deporte de la raqueta.

Como jugador profesional, ganó cuatro títulos y se ubicó en el puesto 73 del ranking ATP. Este sistema de clasificación apareció cuando él ya tenía 33 años, por lo que si hubiera existido antes, su ubicación hubiese sido mucho más alta.

De todos modos, en su trayectoria también fue jugador y capitán del equipo chileno de Copa Davis, donde también supo de satisfacciones.

Pero no conforme con esto, siguió explorando y se convirtió en una de las figuras del circuito mundial de veteranos de la ITF, a tal punto que el año pasado se convirtió en el número uno del mundo en la categoría mayores de 75 años, luego de derrotar al austriaco Peter Pokorny en el Mundial de Croacia.

El apoyo de su familia ha sido vital. Su esposa, Ana María Arias, también fue tenista, por lo que es su mejor entrenadora. "Estoy feliz, es una muy buena coach y me da los tips precisos", señala.

Sus hijos siguieron sus pasos en la actividad física, primero en el tenis y luego en el squash. Sin ir más lejos, Ana María Pinto es campeona sudamericana de la disciplina.

Ni siquiera una operación a la cadera lo bajó de la competencia. Jaime Pinto sigue a toda máquina y dice que le queda cuerda para rato, pues el tenis es uno de los motores más importantes de su laureada vida deportiva.