Estudiantes de La Plata venció a Vélez Sarsfield en una dramática definición a penales y se quedó con la Copa de la Liga del fútbol argentino. El cuadro Pincharrata no pudo contar con Javier Altamirano en la cancha, pero sí lo hizo en la comitiva que viajó a Santiago del Estero para disputar la final.
A pesar de no disputar el partido definitorio, el chileno sumó su segundo título en el fútbol transandino luego de obtener la Copa Argentina en 2023. Eso sí, este tiene un sentimiento especial producto de la trombosis del seno longitudinal superior en el cerebro que lo afectó en un partido ante Boca Juniors, provocándole convulsiones, y que lo mantiene alejado de las canchas desde hace un mes y medio.
En ese sentido, la jornada estuvo marcada por una imagen emotiva. El capitán José Sosa llamó a Altamirano para que levantara el trofeo junto él y Santiago Ascacibar, segundo capitán y otro de los referentes del plantel.
Después del partido, el volante entregó sus sensaciones tras lo ocurrido: “Me pone muy feliz estar acá. Me siento parte. Somos un grupo humano muy bueno y eso habla bien de Estudiantes. Doy gracias por haber llegado a este club”, indicó. “Domínguez estuvo siempre conmigo. Es muy humano. Le agradezco a él y a su cuerpo técnico”, sentenció.
El nacional no formó parte de la convocatoria, pues se reintegró a los entrenamientos el pasado 2 de mayo, aunque acompañó a su escuadra en la comitiva que viajó a Santiago del Estero.
Previo a la final, Altamirano rompió el silencio y se refirió por primera vez a la situación que sufrió. “Por ahora hago entrenamientos sin contacto ni roce, solo hago movimiento para recuperar fuerzas y capacidad aeróbica. Poder estar con mis compañeros ya es un paso enorme”, comenzó diciendo, en diálogo con Cielosports.
“Yo soy una persona que tiene un perfil bajo. Me llamó mucho la atención el cariño de los hinchas hacia mí, mi pareja y mi familia. El apoyo de esos fue un golpe anímico positivo que me da una motivación extra de cara a lo que viene”, agregó el mediocampista.