La emotiva historia de Katherinne Wollermann, la canoísta paralímpica que se transformó en leyenda tras alcanzar el oro en París 2024
Tenía apenas 19 años, cuando en 2012 una inflamación a la médula espinal le impidió volver a caminar. Pero la nacida en Concepción no se rindió y en la Teletón descubrió los remos, los mismos que la llevaron al oro en París 2024, sin olvidar el hermoso recorrido que ha transitado.
La madrugada de este domingo en Chile -mediodía en París- será especial para Katherinne Wollermann. La nacida en Concepción comenzó a remar por el oro en los Juegos Paralímpicos 2024 y a consolidar una historia que perfectamente podría ser una serie de Netflix.
Todo se inició en la flor de su vida, cuando -con 19 años- se iba a tragar el mundo en aquel verano de 2012. Pero lo que parecía ser una tuberculosis, interrumpió sus planes, la mandó al hospital de su ciudad y cambió su existencia para siempre. Es que tras varias semanas de tratamientos y exámenes diversos, los doctores descubrieron que Katherinne padecía de mielitis transversa: una enfermedad que inflama la médula espinal de tal manera que se interrumpen las conexiones nerviosas de nuestro cuerpo y por tanto, impide que pueda volver a caminar.
Sí, parecía que su carrera llegaba a su fin. O al menos eso fue lo que sintió durante los tres meses que estuvo encerrada en su casa, tratando de buscar una explicación para lo que experimentaba en esos momentos. Sin embargo, su familia -especialmente su madre Margot- no permitió que el desastre fuera total y junto a la Teletón iniciaron la búsqueda de un nuevo rumbo.
Y el deporte siempre fue una gran alternativa. Básquetbol, natación, tenis y atletismo fueron sus primeras opciones. Y en todas ellas, los resultados eran auspiciosos. Sin embargo, el canotaje la esperaba con los brazos abiertos y el agua se transformaría en su bendición.
“Nunca lo había experimentado. Fue difícil en verdad. La primera vez que lo practiqué fue un desafío. En realidad, siempre lo fue. Primero era mantenerme en el bote, luego fue remar. Tras ello, mantenerme remando. Fue un desafío constante y eso fue lo que me gustó”, aseguró la atleta a la página oficial de los Juegos.
Fue tanto lo que le gustó que no paró más y, cuando la invitaron al Sudamericano 2013, con el único objetivo de que terminara la prueba, supo que podría competir. Y también ganar. “El canotaje me devolvió la libertad que no tenía, había quedado en una silla de ruedas. Gracias al canotaje encontré mis piernas”, aseveró.
Sus espectaculares números
Ese mismo año, terminó sexta en el Campeonato Mundial de Alemania y decidió dedicarse profesionalmente al deporte. Determinación que le permitió en mayo de 2015 clasificar a los Juegos Paralímpicos de Brasil 2016 y sorprender a todos con un cuarto lugar en Río de Janeiro.
Mas, ella no estaba contenta. “Fue doloroso” no subirse al podio, pero también un desafío que la llevaría a buscar superación en su camino a Japón. Trayecto en el cual cosechó una medalla de bronce en el Mundial de República Checa (2017), misma presea que se colgó en Hungría 2019. Doce meses antes, alcanzó la plata en la Copa del Mundo Hungría 2018 y otros dos bronces en Polonia 2019 y Hungría 2021. En Tokio, en tanto, alcanzó el bronce.
En París, sin embargo, la historia de Katherinne Wollermann en los Juegos Paralímpicos de París se escribió con letras doradas. La para canoísta nacional ganó la medalla de oro en los 200 metros KL1, con una espectacular marca de 51″95, que le dio el primer lugar de la competencia.
En la laguna del Vaires-sur-Marne Stadium, la oriunda de Chiguayante protagonizó una carrera perfecta, que definió en los últimos 50 metros. Ahí fue donde superó y se despegó de la ucraniana Maryna Mazhula (a 0″92) y aprovechó de la mejor manera el viento reinante en la zona. La alemana Edina Müller cerró el podio (a 1″18).
El triunfo fue extenuante y luego del desenlace de la prueba, la vencedora presentó espasmos, producto del esfuerzo, los que luego se fueron calmaron, a medida que pudo descansar. Incluso, en Tokio, hace tres años, terminó desmayada tras alcanzar el bronce.
“La hice, la hice”, repetía tras las premiación. Íntimamente, sabía que podía dar el gran golpe en su competencia. Y así lo logró.
El triunfo la pone en la historia grande del deporte paralímpico chileno, pues el cuarto oro del Team ParaChile en los Juegos tras el oro de Cristián Valenzuela en 2012 y los de Alberto Abarza y Francisca Mardones en Tokio 2020.
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