La enfermedad que consume al exatacante Daniel Osvaldo: “La vida se me está yendo de las manos”

El exatacante ítalo-argentino Daniel Osvaldo no la pasa bien. El delantero, quien nació en Lanús y jugó por la Azzurra, dejó el fútbol en 2020 en Banfield, después de cuatro temporadas de para tras su salida de Boca Juniors en 2016.

Pero su vida ha cambiado completamente. Así lo reconoció el propio exjugador en una historia publicada en sus redes sociales. Un video de casi tres minutos en el que reconoce el difícil momento que atraviesa, por diversas circunstancias, en su vida.

Un crudo testimonio en el que aclara sus motivaciones para entregarlo, ya que “no sé si esto es un pedido de ayuda o simplemente tengo la necesidad de hablarlo”.

Confesión en la que explica que “hace mucho tiempo que vengo lidiando con una depresión muy grande. Me hizo caer en algunas adicciones, alcohol y drogas. Y la verdad es que estoy en un momento en el cual mi vida se está yendo de las manos y lo quería contar y compartirlo con ustedes”.

Fuerte revelación en la que Osvaldo detalla cómo han sido sus últimos días y en qué instante se encuentra frente a su problema: “estoy con tratamiento siquiátrico, medicándome, con una enfermedad muy específica, falta de autoestima, depresión”.

Visiblemente afectado, el otrora goleador de Inter, Juventus y la Roma, entre otros equipos; confesó, entre sollozos, y con una imagen irreconocible que extraña sus años de gloria en el fútbol.

“En el pasado fui un futbolista de elite, una persona totalmente diferente, llena de seguridad y confianza. Y hoy soy una persona a la que no reconozco. Y me está costando mucho salir de esto”, advirtió el exjugador de Southampton.

En el mismo tono agregó que “lo quiero decir porque si por ahí hay algunos de ustedes que han pasado por lo mismo o han tenido familiares que lo han pasado o lo están pasando, que se animen a hablar con mi familia. Yo hablé con parte de mi familia, otra parte se enterará después de ver ese video”.

Asimismo, en una grabación que se corta de manera abrupta, concluyó que “cuesta mucho hablar, abrirme, salir de la realidad que se genera dentro de mi cabeza, que no es real pero que está en mi cabeza. Es muy difícil para mí distinguir lo que es real de lo que está en mi cabeza. Quería decir esto más que nada para que si alguien está viviendo algo parecido”.