Se acabó la espera. Tuvieron que pasar 11 largos años para que los hinchas de Colo Colo volvieran a ver a su equipo en los octavos de final de la Copa Libertadores. Entre medio, sólo fracasos y sinsabores que esta noche llegan a su fin. La ronda de 16 mejores es otra vez una realidad para el Cacique, otrora tan acostumbrado a estar entre los mejores del continente.

"Este partido te da presión, expectativa. Es un partido bonito y hay que jugarlo de la mejor forma. Es el partido más importante en mi carrera como director técnico", fue la sincera confesión de Héctor Tapia.

El cuadro de Pedreros llega marcado por los fantasmas del pasado: Pablo Guede, su exentrenador, tentó con los millones del Medio Oriente a algunos jugadores para acompañarlo en el Al-Ahli de Arabia Saudita. Claudio Baeza fue el más cercano a seguir sus pasos, llegando a estar en vilo su participación para el choque de hoy. Esa, de hecho, fue la razón por la que recién la tarde de ayer Tapia comenzó a definir su oncena, la que tuvo adentro y afuera al formado en el Monumental.

En Macul se permiten soñar. Internamente, el plantel cree que la experiencia de los hombres que conforman su plantel puede ser decidor a la hora del tú a tú. Con un Orión que sabe lo que es jugar la Libertadores con un gigante como Boca Juniors, con elementos como Barroso, Valdés y Valdivia acostumbrados a este tipo de justas, y, sobre todo, con las dos garantías de gol que tiene en delantera: Lucas Barrios, el mega refuerzo de los albos, y Esteban Paredes, el chileno con más tantos en la historia de la Copa, con 22.

Es el partido por el que Tito Tapia lo ha apostado todo. Por el que no quisieron vender al mentado Baeza y por el que los de blanco han resignado puntos, como el pasado fin de semana contra Temuco, cuando el entrenador sacó al Mago Valdivia y el equipo se vino abajo. Después explicaría que era, precisamente, para resguardarlo para el cotejo de esta noche.

"Uno va aprendiendo. En el pasado me tocó llegar a una instancia decisiva con ocho jugadores menos. Hoy estamos con equipo casi completo. Hemos trabajado todos los aspectos del juego y todos los momentos del partido. Es nuestra cancha y nos hacemos fuertes acá. Pero sabemos que es un partido de 180 minutos", comentó Tito en la conferencia de ayer.

Justamente, el rival invitado para que Colo Colo dispute de nuevo los octavos de final no es cualquiera. Al frente, nada menos que el gigante brasileño Corinthians, que mete miedo con un plantel millonario, pero que aunque clasificó primero de su grupo, ha dejado muchas dudas a nivel internacional y local, donde marcha séptimo. En la Copa perdió dos de sus partidos de local y sin ir más lejos, su técnico Osmar Loss pende de un hilo. Se juega la vida en la llave ante el cuadro chileno.

Figuras como Cássio (ex PSV), el lateral mundialista Fágner (ex Wolfsburgo), Jádson (ex Shakhtar Donetsk) y el paraguayo Ángel Romero, el diamante paraguayo, son las principales amenazas del Timão, que no podrá contar con el chileno Ángelo Araos, dado que jugó la fase de grupos de esta edición por la U.

Colo Colo va por el primer golpe ante Corinthians. En su casa, ante su gente, con un estadio colmado de ilusión tras años de fracasos internacionales. Y es que ahora el Cacique quiere derribar otra magra racha: desde 1997 no alcanza los cuartos de final. Esta noche da el primer paso.