En los últimos años el progreso del hockey césped chileno ha sido notable. Sobre todo en damas. Es ahí donde las Diablas pasaron de ser un equipo de nivel sudamericano a uno de nivel mundial.
En ese contexto, hay una figura que sobresale: Manuela Urroz, una de las más experimentadas del equipo y pieza clave en el esquema del técnico Sergio Cachito Vigil. Sin ir más lejos, este año Chile llegó a la final de la Copa Panamericana, derrotando a Estados Unidos, cuarto del mundo en ese momento. Además, la delantera anotó el gol del triunfo ante Sudáfrica, un mes antes, lo que se convirtió en la primera victoria ante un top 15.
"Mis inicios fueron en mi colegio, el Redland School, y en el club Old Reds. Desde los 13 años fueron mis primeros pasos en la selección. Cuando tenía 17, llegué a la adulta y me tocó compartir con grandes jugadoras y un equipo consolidado, pero con el paso de los años uno va tomando más experiencia y responsabilidades en el equipo", relata.
El deporte está en los genes de Manuela. Su abuelo Francisco fue futbolista de Unión Española, Colo Colo y la Selección, su tía Silvana fue tenistay jugó varios grand slams, mientras que su hermano Francisco es rugbista y venció a los All Blacks hace algunos días.
La seleccionada nacional cumple su tercera temporada en Bélgica, donde juega en el Royal Antwerp y lucha por los primeros lugares. Además, se fija objetivos con las Diablas. "Con la Selección tenemos que seguir trabajando. En 2019 hay clasificación a los Juegos Olímpicos y los Panamericanos de Lima, donde queremos traernos una medalla de todas maneras", asegura.