La noticia conmocionó al deporte mundial, en marzo pasado. El ex jugador de hockey sobre hielo, Konstantin Koltsov perdió la vida en extrañas circunstancias, a los 42 años de edad. Y con ello, la tenista Aryna Sabalenka comenzaba a vivir una nueva tragedia.
Es que la actual número dos del mundo había sostenido una relación amorosa con su compatriota por más de tres años y aunque ella confesaría después que en ese momento ya no eran pareja, aún mantenían una amistad. De hecho, Koltsov estaba acompañando a Sabalenka en el Master 1000 de Miami, cuando falleció.
Y la competencia estadounidense fue precisamente el escenario donde la deportista de 26 años tomó una decisión, de la cual ahora se mostró arrepentida: tal como lo hizo cuando su padre falleció (2019) siguió compitiendo por el circuito sin pausa alguna.
“Una vez perdí a mi padre y el tenis me ayudó a superar esa dura pérdida”, declaró en entrevista con The Guardian. Y por primera vez desde marzo pasado, habló de Koltsov. “Pensé que tenía que seguir adelante, seguir jugando, seguir haciendo lo mío para separar mi vida personal de mi vida profesional”, señaló.
No obstante, esta determinación le pasó la cuenta y así lo confesó en una estremecedora declaración. “Al final diría que tuve muchos problemas de salud porque no paré. Fue muy emocional y estresante, y en ese momento dañó mi salud mental”, reveló.
Enseguida, Sabalenka añadió que “probablemente, si miro hacia atrás, diría que una mejor decisión hubiera sido dar un paso atrás, reiniciarme, recargar las pilas y empezar todo de nuevo. Pero hice lo que hice. Al final pagué por mi decisión, pero estoy muy contenta de tener el tenis en mi vida, me ha ayudado mucho a superar lo que sea y a hacerme más fuerte”.
¿Cuándo se dio cuenta de todo esto? En el momento en que una lesión al hombro la saca de Wimbledon y debió quedarse algunas semanas fuera de las canchas. “Fue muy triste y me costó mucho no poder jugar Wimbledon, por supuesto, pero al mismo tiempo pude sacarle todo el provecho a ese tiempo”, expresó.
También contó que durante esos días, “estuve haciendo mucha rehabilitación y tratamiento, pero pude disfrutar de mi vida y de mi tiempo lejos del tenis, y sacarle todo el provecho a no competir en el circuito... Al final me di cuenta de que era muy necesario. Ahora me siento mucho mejor física y mentalmente y mucho más fuerte”.
Tras ganar el Master 1000 de Cincinnati, la bielorrusa se presentará en el US OPen (desde el 26 de agosto) y enfrentará a una rival surgida de la qualy: Lulu Sun o Lucia Bronzetti. ¿Su idea? Intentar quedarse con su segundo Grand Slam del año, tras triunfar en el Abierto de Australia.