Pocas historias han causado tanto asombro en el PGA como la de Scottie Scheffler. Ese jugador que deslumbró en su etapa universitaria, que fue elegido jugador del año del Korn Ferry Tour y que tras cinco temporadas en el profesionalismo está viviendo dos meses de película. En 56 días sumó su primera victoria en el tour, llegó a la cima del ranking mundial y se colgó la chaqueta verde tras conquistar el Masters de Augusta. Todo con apenas 25 años de edad.
El hoyo 18 de Augusta National Golf Club fue un martirio para el golfista de 1,91 metros. Con el desplome del australiano, Cameron Smith, y con todos los otros golfistas con sus rondas cerradas, el triunfo en el Masters parecía escrito. Salvo una desagracia de proporciones, el trofeo y la chaqueta verde serían suyos. Por eso el mismo dijo que se relajó. Su peor decisión.
Cerró Augusta con un doble bogey y con cuatro putts en el green. Con dudas y temores, pero con el título a fin de cuentas. Bajó de un magnifico -12 a firmar una tarjeta con diez bajo par, pero poco importaba. Acababa de reescribir la historia del golf y es que su consagración en el primer major de la temporada rompe récords y agranda su nombre a niveles únicos. Ya son cuatro trofeos en la temporada (todos en los últimos seis torneos que ha disputado) y el número uno del mundo bajo el brazo, transformando 2022 en el año de Scottie Scheffler. Una explosión que se esperaba por su pasado, pero que nunca se pensó que fuese tan potente.
Y es que el apellido Scheffler siempre tuvo peso entre los fanáticos del golf. En 2013 acaparó la atención de Estados Unidos al coronarse en el US Open Junior. Un año después se llevó el Junior Invitational, y en 2014, con 17 años, jugó su primer torneo en el PGA consiguiendo un T22, como amateur obviamente.
En ese año comenzaría su aventura en la Universidad de Texas, en donde definitivamente se transformó en uno de los mejores jugadores jóvenes del mundo. En Austin consiguió tres veces el Big 12 y fue condecorado en 2015 con el Phil Mickelson Freshmann Of The Year, premio que se entrega al mejor jugador de primer año universitario de Estados Unidos.
Tras cuatro años en Texas, Scottie llegó al profesionalismo para disputar el Korn Ferry Tour, el circuito de formación del PGA. Allí tuvo un 2019 espectacular donde ganó el Nationwide Children’s Hospital Championship y consiguió los puntos necesarios para llegar al PGA. En aquella temporada se llevó el premio al jugador del año del Korn Ferry.
Su historia en el PGA
En 2020 tuvo su primera temporada en el PGA y rápidamente comenzó a dejar huella. De entrada terminó cuarto en el PGA Championship y firmó una ronda de 59 golpes (la segunda más baja en la historia del Tour) en The Northen Trust. Logros que lo llevaron a alzarse el premio al novato del año en el circuito. Pero la victoria no cayó.
Algo que se repitió en 2021. Allí tuvo una temporada brillante, en donde consiguió finalizar 18° en Augusta, 7° en el US Open y 8° en el Abierto Británico, tres de los cuatro majors. Además disputó la Ryder Cup con Estados Unidos, disputando la ronda final contra Jon Rahm. Pero la victoria seguía sin llegar.
Pero eso se rompió en 2022. Este año, el nacido en Ridgewood, New Jersey, dejó atrás la maldición y consiguió todos los títulos que el destino le había quitado en el pasado. El 13 de febrero se coronó en el WM Phoenix Open tras tres hoyos de desempate ante Patrick Cantlay. Tres semanas después, el 6 de marzo, llegaría la segunda corona tras su victoria en el Arnold Palmer Invitational de Florida, uno de los torneos más importantes del PGA.
Y el 27 de marzo volvería a bañarse en oro, pero ahora por partida doble. Su coronación en WGC-Dell Technologies Match Play no solo le daría su tercera victoria en el Tour, sino que el logro de llegar a la cima del ranking mundial. Tras 36 semanas consecutivas, Jon Rahm no era el número uno del planeta. Ahora ese sitial lo ocupaba Scottie Scheffler y uno de los asensos más meteóricos que el golf ha visto.
El Masters la penúltima postal de la historia
Pero nada de lo que había logrado se acerca a lo que se consumó en Augusta el domingo 10 de abril. Allí, el número uno demostró por qué es el número uno. Jugó cuatro rondas de forma implacable, alejado de todos los que intentaron acercársele. Tomó el liderato el viernes y nadie pudo estar ni cerca de arrebatárselo. Entró al fin de semana con cinco golpes de diferencia e impactó a fanáticos y rivales.
Tiger Woods fue claro, “todos deseamos tener esa ventana de dos, tres meses en llamas y que ojalá los majors caigan en esa ventana... Scottie parece estar allí en ese momento”, comentó el ex número uno. Pero él no fue el único.
“El golf que ha jugado en los últimos dos meses es una locura. Parece fácil” lanzó Justin Thomas, mientras que Morikawa dejó en claro el favoritismo de su compatriota: “Hemos jugado Wyndham Cups, Palmer Cups, Walker Cupos y Ryder Cups. Él siempre fue ese que rendía bien cuando necesitaba hacerlo”. Frases que se dieron en la mitad de una disputa por un major. Una barbaridad.
Y Scheffler no defraudó. Sin titubear se puso la chaqueta verde y se decretó que este 2022, por quinta vez en la historia el número uno del mundo pudo terminar primero en Augusta. Una prueba más de una explosión sin precedentes, que tiene al mundo a sus pies. Otro dato no menor es que el nacido en Nueva Jersey es el sexto jugador más joven en llegar a lo más alto de la clasificación masculina, solo por detrás de Tiger, Jordan Spieth, Justin Thomas, Rory Mcllroy y Jon Rahm.
Una historia inmensa, que vive sus meses más convulsionados. Siempre se supo que estaría en lo más alto, pero la botella se demoró en descorchar. Ahora que lo ha hecho, nadie sabe cómo detener la champagne.